Pepe Yunes, el huerfanito
Desde la precampaña el candidato del PRIAN a la gubernatura de Veracruz, Pepe Yunes se preocupó por decir que no era familiar de Miguel Ángel Yunes Linares y su descendencia. Los Yunes han logrado congraciarse con la historia a pesar de su negro pasado que no puede quedar en la impunidad, porque su responsabilidad en sus delitos está muy clara, todos ellos meditados con tiempo y ejecutados con precisión.
En Veracruz los Yunes deberán regresarle a Morena lo que le arrebató por la mala para poder estar a gusto en sus filas. No fue poco. Tampoco fue fácil enfrentar la estructura burocrática del PAN que intentó aplastar la voluntad de votar a favor de la reforma al Poder Judicial, desde sus filas.
Los antecedentes de juego electoral tramposo y creadores de la guerra sucia en campaña le crearon a los Yunes una animadversión que no podrán ocultar con su rebeldía ante el autoritarismo panista y menos aún ante el juicio popular. Ningún veracruzano que haya votado por Rocío Nahle puede olvidar la maquinación de un proceso sucio contra su victoria. Sobre todo, la manipulación de encuestas y la manipulación a los medios de alquiler y los inevitables columnistas mercenarios.
Los intereses que trataron de resguardarse con el triunfo de Pepe Yunes están vivos y deben auditarse, supervisarse, vigilarse y cuestionarse con la ley en la mano. De otra manera, la impunidad seguirá imperando en México y la reforma al Poder Judicial quedaría cancelada en la práctica.
Continuar en la vida política del país no será fácil para los Yunes, empezará su camino cuesta arriba, luego de haber caminado con ligereza y facilidad por muchos años. Ahora, en el partido político donde podrían resguardarse estarán cuestionados, se mantendrán sobreexpuestos en la línea de fuego sin consideraciones ni perdones no solicitados.
La guerra sucia realizada en estas y otras elecciones como la de 2018 no es un asunto menor como para olvidarse o perdonarse. Aquel mal recibimiento en La Parroquia por mujeres panistas ociosas y sus iracundos maridos no puede ser olvidada, ni la ruta internacional de la manipulación de Arturo Castagné, menos aún las mentiras de los columnistas de Xalapa que apoyaban irracionalmente l candidato del PRIAN.
Hay muchos intereses y la búsqueda incansable de la impunidad que pelearon de manera tramposa los Yunes en la campaña que no pueden olvidarse. El acto de apoyo a la reforma del Poder Judicial tuvo una recompensa que no hubieran pensado obtener un mes antes, que fue la de tener los reflectores de todos los medios de dentro y fuera del país, con eso deberían darse por bien servidos y nadar de a muertito de aquí en adelante.
Por lo menos Yunes Linares y Márquez tendrán un trabajo político que realizar, donde tendrán buenas y malas respuestas, pero quien se oculta para no salir en la contienda actual es el ex candidato a la gubernatura, que espera no se acuerden de él.
Pepe Yunes, aceptó todas las sugerencias de Yunes Linares sin recato. Nunca cuestionó el guion que se le ordenaba durante la campaña que repetía como muñeco de ventrílocuo. Para anunciar el debate con la gobernadora electa fue tan agresivo como arbitrario al colocar carteles que decían: “Veracruz contra Zacatecas”, en un desprecio total por sus leyes estatales y por la dignidad de una lucha electoral seria.
El que quedó como más que un traidor, que se mostró como un títere sin criterio, un monigote sin personalidad propia fue Pepe Yunes, quien debería esconderse de la crítica de los veracruzanos y del juicio de la historia si Yunes que no tiene vergüenza y se desaparece de los reflectores de los medios a los que tanto dinero pagó para que en una información falsa dijeran que estaba empatado con Rocío Nahle.
El gran perdedor de esta disputa entre acusaciones de traición y heroísmos, es Pepe Yunes, porque nunca se dio cuenta que era usado solo como una herramienta y se creyó ser la persona que lo manejaba.