fbpx
Leyendo ahora
Oración para vivir la tercera edad con valor

Oración para vivir la tercera edad con valor

Oración para vivir la tercera edad con valor

¡Tú, soberano Señor, has sido mi esperanza! ¡En ti he confiado desde mi juventud!” (Salmo 71: ¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!

Padre Santísimo: desde esta temprana hora, me levanté a toda prisa de mi lecho y de inmediato, me puse en comunión contigo, porque me encanta estar en tu presencia y llenarme de ti, porque así es como hago de mi diario vivir todo un suceso extraordinario y sensacional.

Ayer, tuve la fortuna de estar con un Grupo de Maestros pensionados que vinieron a esta tierra del sol para celebrar “EL DÍA DEL ADULTO MAYOR”.

Yo no supe ni como es que me involucré con ellos y fui invitado a esa reunión y, como yo no sabía ni qué decir desde la tribuna, me concreté a elevar una oración con todos ellos.

Unimos nuestras mentes, nuestros corazones y a una sola voz clamamos a tu presencia porque, lo mejor es conversar contigo y hacer de esa atmósfera fraternal una oración ferviente que sea capaz de conmoverte. ¡Tú, soberano señor, has sido mi esperanza!

¡En ti he confiado desde mi juventud y es por ello que a ti acudimos desde aquella época del divino tesoro juvenil hasta el día de hoy, cuando nuestro invierno está muy cercano!

Padre Santísimo: desde que nos gestábamos en el vientre de nuestra madrecita, hemos dependido de ti y desde ese seno materno, tú siempre nos sostuviste.

Eso es lo que nos mueve a alabarte con un corazón agradecido. Con mil dificultades, muchos de nosotros, salimos vencedores y la vida fue altamente generosa y fuimos motivo de asombro, porque a pesar de tanto peligro que nos amenazaba, siempre triunfamos y logramos ser lo que nos propusimos.

Nuestros labios están rebosantes de tu alabanza y a todas horas proclamamos tu grandeza. Ahora que por tu divina voluntad hemos llegado a la edad madura, te suplicamos no nos rechaces, especialmente, ahora que ya no somos los mismos del ayer, porque sentimos que las fuerzas nos abandonan, nuestros enemigos murmuran contra nosotros.

Ellos nos persiguen y quieren apresarnos porque están convencidos que ya hemos sido abandonados de tu mano y piensan que ya no tenemos quien nos libere de sus garras.

Ver también
"Así que ¡No temas!, porque Yo estoy contigo; no te angusties, porque Yo soy tu Dios.”

Nosotros, en cambio, te suplicamos: ¡Padre Santísimo! ¡No te alejes de nosotros! ¡Ven presto a auxiliarnos! ¡Queremos que todos ellos perezcan, se cubran de deshonra, porque buscan nuestra ruina!

Nosotros redoblaremos nuestra esperanza y nuestra alabanza. Nuestras bocas a todas horas proclamarán tu justicia y tu salvación

Tu actitud tan propicia a nosotros, no la podemos descifrar ni comprender. Nosotros, Padre Santísimo, no nos cansaremos de narrar tus grandes y excelsas obras y prodigios que hiciste a nuestro favor desde nuestra juventud. Ahora que blanquean nuestras cabezas es cuando te pedimos de todo corazón:

¡No nos abandones, ahora en esta edad donde más requerimos de prudencia, fortaleza y sabiduría, hasta que hayamos anunciado tus grandes proezas a todos los que aun no han visto la luz de este mundo!

Padre Santísimo: ¡Bendito seas en medio de todos los que con el correr de los años hemos aprendido a amar! Amén. P. Cosme Andrade Sánchez+


© 2024 Grupo Transmedia La Chispa. Todos los derechos reservados

Subir