Reto a vencer
Por: Alberto Woolrich Ortíz.
La forma mesiánica de gobernar de Andrés Manuel López Obrador, arropado con su discutible tesis de “abrazos y besos a la delincuencia”, sólo resulta una teoría sin fortuna, todos sabemos que con esa forma de opinar el Poder Ejecutivo Federal le ha venido bridando impunidad a la delincuencia. En últimas fechas el gobierno insiste en reclamar a la Drug Enforcement Administration (DEA), el motivo de la detención de conocido capo de drogas, sin percatarse que los Estados Unidos de Norteamérica desde antes perdieron la confianza en la colaboración que existía para combatir el fenómeno del narcotráfico.
Sin menoscabo de esa posición asumida por la DEA por esas circunstancias fácticas reales, la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, debe de recordar que desde que el Primer Magistrado de la Nación asumió el cargo, su mandato mismo estuvo subordinado a brindarle impunidad a la narco-política.
Ese fue el momento preciso en que la Drug Enforcement Administration (DEA) perdió la confianza en el Poder Ejecutivo Federal, lamentablemente, nuestra cercanía con los Estados Unidos de Norteamérica hace de la tesis de “abrazos y besos”, algo no sólo difícil, sino altamente peligroso para la justicia y los reclamos internacionales.
La expansión de la narco-política, hizo y hace desaparecer la confianza en Andrés Manuel López Obrador, lo que deja una profunda huella en los tratados de colaboración entre México y Estados Unidos, que nos impide como mexicanos calificar de sana la actuación del Primer Magistrado de la Nación.
Durante la estrujante lucha del Foro Independiente de la Nación para que se investigue, procese y encarcele al más importante narco-político de México (protector del Chapo Guzmán), algunas pocas autoridades de honor de ésta República, volvieron sus miradas a los Estados Unidos de Norteamérica a quien consideran un eficaz verdugo de la narco-delincuencia, por lo que pusieron todo su empeño en lograr esa captura. La cruda realidad política es así.
Dicho lo anterior, nunca hubo duda, ni la hay ahora, de que quien delinque termina en prisión.
¿Podrá Claudia Sheinbaum Pardo, asumir el reto de combatir a la narcopolítica?
Es cuánto.