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Poderes facticos inamovibles

Poderes facticos inamovibles

Poderes facticos inamovibles

Quienes aseguran que el sexenio que termina es igual a los anteriores y por ello ven con ojos del pasado al presente y que el próximo sexenio será la continuación del actual, no estarían tan enojados si fuera cierto lo que expresan. Se enojan por los cambios, prueba de ello es que quieren que el pasado regrese, por eso apostaron por la derecha aunque no tuviera candidata.

Los gobiernos de Morena se alejan cada vez más de los que gobernaron en el pasado, para bien o para mal y no con la rapidez que se desea, hay cambios que son los que molestan a los voceros de los privilegiados que quieren seguir recibiendo las migajas del pasado.

Para amortiguar el resentimiento que les provoca el cambio, señalan también que el Presidente es igual que todos. Que todos los partidos, los gobiernos y los políticos son iguales. Negando no sólo la evolución de la especie sino de la sociedad que impulsa el cambio desde sus raíces. Necesidad urgente de cambio a causa del hartazgo de los excesos no sólo de funcionarios públicos, sino de periodistas, medios, “intelectuales”, catedráticos, etc.

La ira que supuran algunos medios y sus comentaristas políticos quienes apostaron abiertamente por una derrotada oposición, se suma a la impotencia de ver que el país cambia, aunque ellos lo nieguen, y en esta negación, que difunden sin rubor, pierden la vergüenza e insultan la memoria de los mexicanos.

Negar los cambios por los que han movido mar y tierra, invertido dinero más que en el desarrollo de sus empresa y desgaste superior al de sus fuerzas, es una contradicción, que parecen no advertir. Pero la autocrítica no es hábito en los conservadores; de hecho, siguen culpando a otros de su derrota, cuando es evidente que merecen una derrota superior.

Los poderes fácticos en México trataron que los cambios sucedieran, impidieron mucho pero no pudieron detener todo, eso que les fue imposible sabotear, les duele profundamente. Los enemigos de México no han sido los malos o buenos gobiernos sino los poderes fácticos y su porcentaje de influencia en los gobiernos. Los gobernantes eran sus títeres pero eran benévolos al llamarlos socios. Ahora que están lejos estamos mejor, aunque ellos digan que vivimos el peor gobierno de la historia.

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Pensar que hay algo humano que se queda estancado, que los gobiernos son algo fijo, que no hay movilidad, muestra una manera de ver el mundo que rebasa la concepción más rancia del conservadurismo. Es precisamente en ese momento en el que los opositores mexicanos se quedaron a la zaga del resto de los conservadores quienes ahora quieren salvarlos del naufragio desde otros países.

Los conservadores, que en realidad deberían ser menos de los que así piensan, pero hay muchos que anda tienen pero piensan como millonarios, lo que extrañan es la complicidad con el gobierno, que empezó como sociedad, a través del tráfico de influencias que es parte esencial de la corrupción.

Es ahí donde la ultraderecha internacional, intenta evitar la muerte de una derecha más o menos civilizada que caracterizó al PAN y al PRI, pero con su esencia radical, que seguramente aceptarán los sobrevivientes opositores para conservar el registro aunque no la dignidad.


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