Reconciliación, prioridad nacional
Con cerca de 36 millones de votos Claudia Sheinbaum Pardo es la próxima presidenta de México.
Con el 96,21% de los votos escrutados la candidata de Sigamos Haciendo Historia ganó la contienda electoral.
Sumó el 59,35% de los votos, más de 30 puntos de distancia respecto a Xóchitl Gálvez, aspirante de la alianza opositora Fuerza y Corazón por México que sólo obtuvo una media del 27,9%.
Claudia Sheinbaum es la primera candidata que ganó la presidencia de México. Le antecedieron las siguientes candidatas: en 1982, Rosario Ibarra de Piedra; Cecilia Soto, en 1994; Patricia Mercado Castro, en 2006; Josefina Vázquez Mota, en 2012 y Margarita Ester Zavala Gómez del Campo, en 2018.
Sheinbaum Pardo, con una trayectoria que va de lo académico a lo político logró convencer a cerca del 60 por ciento de los mexicanos de ser la mejor opción para gobernar al país y con ello marcó un hito histórico en México.
Claudia Sheinbaum tiene en sus manos la construcción del segundo piso de la cuarta transformación del país con una seria responsabilidad de llevar a la nación a una reconciliación social.
Frente a los colosales desafíos, las instituciones tienen la obligación de asegurar un cambio histórico con un verdadero progreso donde la ciudadanía juega un papel importante, sobre todo en el tema de la democracia participativa.
La ciudadanía debe ir más allá de las casillas y la nueva clase gobernante junto con los otros dos Poderes de la Unión la debe tener muy presente; la ciudadanía ya demostró su poderío.
La sociedad mexicana está empoderada y merece una excelente dirección porque durante más de un siglo se le ninguneó, se le usó y hoy el verdadero poder está en el pueblo.
Hoy es tiempo de mujeres y como tale es necesario que se empoderen y avasallen a la violencia política en razón de género que tengan mayores espacios de dirección en igualdad de circunstancias que los varones.
En ese contexto, gobierno y ciudadanía, hombres y mujeres, tienen la capacidad para robustecer la confianza internacional que estimule inversiones y generación de empleos bien remunerados sin vender o hipotecar al país.
Es importante que en los hechos Claudia Sheinbaum gobierne para todos, por el bien común de todos. El reto es implementar políticas efectivas que beneficien a todos los estratos sociales, a todo el pueblo.
La reconfiguración política será parte de los desafíos del nuevo gobierno. La reconciliación social es decisiva para el futuro del país y Claudia Sheinbaum tiene en la mira mejorar el desarrollo nacional.
Los próximos días son determinantes para la reconciliación política para que se ajusten las fuerzas políticas a la nueva realidad del país donde los llamados partidos políticos fuertes ya no lo son.
En ese sentido, gobernantes y ciudadanía deben estar atentos a las presiones que tratarán de ejercer los poderes fácticos para seducir al poder. Es necesario poner sana distancia a esos poderes fácticos y no permitir ningún tipo de injerencia en las políticas públicas.
En México, la reconciliación nacional es prioritaria para fortalecer la democracia electiva y participativa porque ya es una forma de vida en sociedad, junto con las instituciones y más allá de los votos en cada periodo electivo.
La democracia debe detonar a los grandes cacicazgos sociales, a las familias imperiales como las que aún existen en el país en partidos políticos, municipios, sindicatos.
El fantasma de la polarización quedó en eso, en una pálida sombra donde los influencer, comentócratas chayoteros, intelectuales de bolsillo hacen escándalo ya sin credibilidad.
La lógica democrática los hizo a un lado y ahora ellos son parte de la ironía y burla de una sociedad más ilustrada, politizada que no requiere de consejos de intelectuales venidos a menos ni de influencer rencorosos.
Es grato confirmar que en México existe una sociedad altamente informada y politizada, y en las redes sociales los ciudadanos ganan terreno hacia la concientización del bien común. Da frutos la Revolución pacífica.
La democracia participativa y la educación cívica van de la mano para construir ciudadanía y del cómo vivir en democracia, más allá del acto de votar.
Es un hecho que la democracia necesita demócratas, y los demócratas requieren estar preparados.
El gran reto está en diseñar un sistema educativo que fomente el razonamiento profundo de la democracia, una participación ciudadana dinámica, participativa y crítica.
Morena, a través de su Instituto Político prepara cuadros jóvenes de politólogos que estudian y analizan los fenómenos sociales para crear políticas públicas para solventar los profundos reclamos sociales desde el humanismo mexicano.
Si bien los partidos neoliberales fundaron institutos, escuelas, universidades cuyo objetivo fue fomentar el lucro de los bienes nacionales, enriquecer a familias adineradas, las más por sustracción del presupuesto frente a las menos que pagan impuestos, crean empleos y están a favor de los mexicanos.
Los desafíos específicos que enfrenta Claudia Sheinbaum, para cumplir la promesa de priorizar a los pobres luego de asumir la Presidencia de la República, son el diseño de políticas que se orienten a crear oportunidades reales de desarrollo para los pobres, más allá de los programas sociales.
Las clases medias hablaron en las urnas y confiaron en una estabilidad social democrática, en la creación de mejores oportunidades de bienestar familiar y social.
Las clases medias se quiera o no, dan estabilidad al sistema; también están preparados con valores democráticos de mesura, aguante y abiertos al parlamento.
El ataque sistemático a las clases medias requiere un cambio de timón, es urgente revalorar su participación en las urnas, hicieron un fuerte llamado y tienen que ser atendidos.
Hoy Morena conduce el carro completo, pero, hay que recordar, que ni las derrotas ni las victorias son para siempre. Las reglas del juego son aprender a ganar y a perder, a jugar en igualdad de circunstancias.
La reconciliación debe apuntar hacia la convivencia entre mayorías y minorías y, lo más rápido posible, derrumbar el dique entre unos y otros donde el centro de toda discusión sean las personas.
Es importante tomar en cuenta que la democracia no es el gobierno de las mayorías sobre las minorías, sino de las mayorías con las minorías.
Por otro lado, en el pleno ejercicio de la democracia electiva y participativa es prudente que surja una verdadera renovación profunda al interior de los partidos políticos.
En el fortalecimiento de una pluralidad política también es bueno contar con una oposición partidista con altura de miras que presente iniciativas para la mejora gubernamental en beneficio de la ciudadanía, de la nación.
Este 2024 es una gigantesca oportunidad para convocar a una verdadera reconciliación nacional, donde participe una oposición robusta sin los pensamientos terroristas impulsados por influencer que buscan reflectores y llenar sus carteras.
Un ejemplo de miles:
Grazna Lord Montajes en un TikTok:
– “Paliza a favor de Morena … incluso, de mayoría calificada en el Congreso”
– “Querido hermano Loret, se nos vienen otros seis años en chinga. Otros seis años en putiza” minimiza Brozo con acento de tristeza.
Efectivamente, seis años más de inanición de chayotes. Efectivamente la hortaliza trepadora que vive y se reproduce por varios años, nunca más en la mesa de estos come cuando hay, sopla nucas, muerde almohadas, intelectuales de bolsillo.
Sino se suman, no entienden que ya son otros tiempos, una coperacha para su boleto de avión en primera clase en limosina, en avión privado o en taxi de sitio, pero que ya se vayan a la tierra de Alicia, se encuentren con el Conejo Blanco, el Lirón, el Gato de Cheshire, con la Oruga y con la Reina de Corazones. Cualquier semejanza con la realidad es mera conciencia.