¿Aguas, con El Golpe de calor!
* Ardor tremendo e insoportable
* No es por los gobiernos de ayer
La ciudad de México de ayer, contaba con 45 ríos, catorce de ellos perennes, por los cuales descendía abundante agua de las partes altas de las montañas con endebles controles para su almacenamiento.
Los lagos que se encontraban alrededor eran Texcoco, Xochimilco, Chalco, Zumpango y Xaltocan. Lo que muchas personas gozábamos de agua en abundancia en toda la capital.
Los ríos entubados son cuatro: Churubusco, Consulado, La Piedad y Mixcoac, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Inegi. Así se inició el grave problema de calor que padecemos hoy.
La mayoría de los ríos de capital se entubaron entre los sexenios de Manuel Ávila Camacho, 1940-1946 y Miguel Alemán, 1946-1952. Esgrimieron que fue para evitar enfermedades por su contaminación. El resultado es que vivimos en una de las ciudades más pobladas del mundo, carente de agua suficiente.
Los siete principales ríos del país, Grijalva-Usumacinta, Papaloapan, Coatzacoalcos, Balsas, Pánuco, entre otros, conforman el 71 por ciento del flujo hídrico nacional, enfrentan amenazas cada vez más graves debido a la sequía y la explotación descontrolada. Ni así, entiende el Gobierno Federal.
La urbanista Ana Bellán, sostiene que, el proceso de urbanización promueve la evapotranspiración y la desaparición de irregularidades en el suelo donde se almacena el agua precipitada. Esto se traduce en la interrupción de equilibrio hídrico natural cuyos efectos más relevantes son:
El aumento de los caudales punta
Volúmenes de escorrentía más elevados
El incremento de las inundaciones
Reducción de los caudales base.
El calor que padecemos, sin duda es una de las consecuencias de las malas decisiones gubernamentales que, sin importar el futuro, han hecho y deshecho en las ciudades que han gobernado y no vieron el porvenir, pese que hubo por parte de ecologistas y urbanistas que alertaron a tiempo las consecuencias que hoy padecemos.
Los registros dan a conocer que en estos días hemos llegado a los 33.9 grados de calor, algo extraordinario en la capital, ya que se indica que, de 36.1°C a 38°C, es indicativo que se tiene fiebre a causa de una infección o enfermedad.
Los síntomas Generales: Falta de sudor que el cuerpo no puede liberar o enfriarse; Confusión mental, delirio, convulsiones, mareos, piel caliente, seca y roja, azulada, o moteada, músculos contraídos sin control, pulso rápido y débil, dolor de cabeza, respiración superficial, convulsiones, perder el juicio y coma.
A las autoridades, sólo les ha quedado recomendar: nada de ejercicio al aire libre, no exponerse al sol, vestir ropa suelta con colores claros y manga larga. Al menos en esta ocasión el presidente no les ha echado la culpa a los gobiernos anteriores.