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Las reformas al sistema de pensiones: ¿equilibrios financieros vs un futuro digno de los trabajadores?

Las reformas al sistema de pensiones: ¿equilibrios financieros vs un futuro digno de los trabajadores?

Las reformas al sistema de pensiones: ¿equilibrios financieros vs un futuro digno de los trabajadores?
Por: Jorge Torres Góngora

Con sus recientes iniciativas de reformas legales y constitucionales, el Gobierno Federal ha colocado sobre la mesa, en un año de elecciones y cambio de gobierno, temas fundamentales para el futuro económico, politico y social del País. Varios de ellos, con un gran impacto directo en el bienestar de la población.

En ese sentido, está la reforma de pensiones. En principio, los partidos de oposición y algunos líderes de opinión la criticaron por insensata y poco realista, la tacharon de ser solo una propuesta eminentemente electoral. La calificaron como irresponsible e inviable financieramente. Sin embargo, la visión adecuada de cómo será el futuro de la población cuando ésta llegue a su vejez, y cuál debe ser el papel del Gobierno y los recursos con los que cuenta, así como el de los distintos agentes económicos es un asunto de Estado.

Los trabajadores en el mundo han luchado históricamente por recibir contraprestaciones dignas a cambio de su trabajo, factor fundamental para la formación y el crecimiento de la riqueza mundial, y principal responsable de la forma en que ha evolucionado la civilización humana. La pensión es una prestación cuyo objetivo es que al llegar a la vejez, o sufrir un accidente, y luego de haber trabajado cierto tiempo, los trabajadores se retiren de laborar pero sigan recibiendo un ingreso.

Por mucho tiempo, en México las pensiones se basaron en un modelo en el cual el beneficio final estaba definido, y las contribuciones de los trabajadores activos servían para financiar las pensiones de los retirados.

En 1997, la presión a las finanzas públicas derivada de las obligaciones financieras del gobierno federal relativas a las pensiones fue declarada como insostenible por quienes manejaban la política económica en ese momento, por lo cual se realizó la famosa reforma que cambió el esquema de beneficio definido y reparto intergeneracional por el de contribución definida, que se basa en la capitalización de cuentas individuales administradas por las Afores.

Con ello, prácticamente se eliminó el espíritu solidario de las pensiones, y se dejó a los trabajadores como los responsables de construir una pensión digna, con las aportaciones de los patrones y las suyas propias. Los ahorros y su rendimiento quedaron sujetos a los mercados financieros, que son volátiles e inciertos. La única certeza estaba en el cobro de comisiones de las Afores, que al inicio eran muy elevadas y socavaron, aún más, el total ahorrado por los trabajadores.

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Y es que, aunque sus ganancias se han reducido con el tiempo, tan solo en 2023, las utilidades de las Afores tuvieron un aumento de 62%, al ser de 9 mi 540 millones de pesos.

En los siguientes años se trató de remendar poco a poco dicha reforma,  con nuevas reglas que redujeron el nivel de las comisiones, mejoraron algunos trámites, diversificaron las opciones de inversión, fijaron nuevos mecanismos de información, buscaron facilitar y promover (sin un gran resultado) el ahorro voluntario, y establecieron medidas para una mayor vigilancia y control de los trabajadores sobre su ahorro, con un muy débil impulso a la educación financiera de la población.

Sin embargo, fue hasta el actual gobierno que se tomaron medidas drásticas para evitar dejar en el abandono a los trabajadores que empezaron a retirarse con las reglas de aquel sistema de pensiones. Y de ello hablaremos en la siguiente entrega.  En cualquier caso, el objetivo fundamental es asegurar un retiro digno a los trabajadores cuando lleguen a la vejez. Es lo justo.


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