Tepozotlán, una dinastía en el poder
Las dinastías crean no sólo grupos cerrados de poder que se separaran día tras día de la población sino que crean complicidades en las múltiples delitos que se perpetran ante la carencia de vigilantes y supervisión popular, es el caso de Tepozotlán, donde la corrupción alcanza excesos inimaginables.
Tepotzotlán es un Pueblo Mágico, donde el virreinato construyó el templo de San Francisco Javier, una joya arquitectónica de gran atractivo turístico, única en el mundo. La monarquía española otorgaba virreinatos a sus propiedades de ultramar donde concedía independencia a los virreyes, siempre y cuando las normas de la monarquía fueran acatadas, sobre todo la obediencia. En Tepozotlán, las dinastías persisten y los actos vandálicos, la represión y autoritarismo también, se imponen a sangre y fuego desde que la dinastía Zuppa gobierna, hace más de 24 años, tiempo en que la corrupción impera en un municipio, que consideran de su propiedad. En 2000, José Luis Zuppa Conchas inició la dinastía delictiva; le siguió Sergio Héctor Zuppa Ruedas.
Después, llegó a la presidencia municipal José Enrique Zuppa Arreola, lo sucede Mauricio Salvador Díaz Zuppa; continúa Ángel Zuppa Núñez, quien se reelige y es padre de la actual alcaldesa, María de los Ángeles Zuppa Núñez, y, por si fuera poco, quiere reelegirse, a través del remedo de partido llamado Movimiento Ciudadano, de ser así se complementarían 27 años de poder de una familia en un municipio donde impera la violencia, porque precisamente desde su llegada se le abrieron las puertas al crimen organizado, con un récord de muertos y desaparecidos sin precedente.
Desde trata de blancas hasta desvíos de dinero del erario son delitos que se perpetran por las autoridades municipales todos los días.
No hay obra pública, el cobro de piso es generalizado y cotidiano, las ambulancias no tienen gasolina, las patrullas se descomponen antes de llegar al lugar de los hechos, las bibliotecas no tienen libros, cada uno de los Zuppa tiene varias denuncias penales en su contra sin avances, el padre de la actual alcaldesa tiene un faltante de 800 millones de pesos, quien, además, muestra riqueza inexplicable, como todos ellos, ante la vista de todos. La localidad está llena de obras inconclusas, muestra de la negligencia y corrupción que existe en Tepozotlán.
El crimen organizado tiene permiso de accionar las 24 horas, sin importar las consecuencias, comparten, de común acuerdo, la propiedad del territorio con los miembros de la dinastía Zuppa, quienes ahora quieren ampliar su área de operaciones, colocando a su pariente Marcelo Zuppa como diputado local y asegurar la continuidad a la delincuencia que nace precisamente en la presidencia municipal desde que empezó este siglo.
Mantienen ocupada a la población con pan y circo, bailes en los pagan poco a los artistas y ellos se quedan con un sobreprecio desproporcionado, inventan circos, donde los únicos escapistas son ellos, se lava dinero, etc. Llega tanto la locura de los Zuppa, que la actual presidenta municipal mandó a hacer muñecas con su imagen, a la cual llamó Little Angie, y las regaló a los niños en las escuelas, como si se tratara de la reina del municipio.
Los habitantes de esta parte del Estado de México temen denunciar las corruptelas que día tras día generan violencia y muerte, votan por ellos por temor, el miedo se respira en cada calle, porque en cuanto empieza a anochecer, la ciudad, de más de 103 mil habitantes se va quedando vacía pero llena de miedo.
