El asalto a Palacio Nacional
Sin lugar a dudas los tiempos están cambiando. Lo que no ha cambiado es la forma de educar a quienes por su presunta vocación para la rapiña, el hurto, el robo, y muchas formas delincuenciales más que utilizan para alzarse como vencedores. Para decirlo más claro, los normalistas de Ayotzinapa debieran estar en la cárcel antes que aprendiendo en las aulas de los centros escolares.
Quien esto escribe, estuvo en esa normal durante dos meses cuando termine la primaria, pero al cabo de poco tiempo mi padre, Justino Galeana Salgado paso por mí y me llevó a la hoy CDMX, matriculándome en la Secundaria número 86 en Ixtapalapa, como se escribía en ese entonces. Siempre se lo agradecí, porque me dio la oportunidad de extender mis estudios a dos carreras profesionales.
Me queda muy claro que los jóvenes son bastante entusiastas cuando de alcanzar propósitos se trata, pero hay otros que por desgracia han caído en el espejismo de la actitud porril, o para decirlo más claro, en el hurto descarado, porque eso es lo que hacen cuando salen en tropel a realizar esa rara especialidad que han alcanzado para robar, mentir, hurtar, desestabilizar, y cualquier otro tipo de delitos.
Por lo pronto ahora realizaron la hazaña de entrar a Palacio Nacional derribando una de las puertas laterales, y eso tiene que ser considerado un delito grave por ser la sede permanente del Gobierno Mexicano, y eso se tiene que castigar como un delito federal grave. Ya basta de contemplaciones, en este país quien la hace la tiene que pagar, porque de no hacerlo así cualquiera delinquirá y pedirá el mismo trato.
Lo voy a decir sin ambages, los normalistas de Ayotzinapa son una pandilla de ladrones que todo el tiempo cometen delitos no tan solo en Guerrero, porque ahora se atrevieron a derribar una de las puertas laterales del Palacio Nacional, y eso es un delito federal además de haber atentado a uno de los recintos más históricos de esta nación. Si no son incriminados esta bola de desestabilizadores, a quienes los mexicanos les pagamos por estudiar cuando ellos solamente se dedican a robar.
Siempre he señalado que la creación de las normales rurales ha sido uno de los mejores decretos que he leído, pero la realidad indica que no hay manera de recomponer ese proyecto, porque no podemos estar manteniendo a viles ladrones que por ser estudiantes gozan de una completa impunidad. La aplicación de la ley se debe ejercer con todos y todas. Así de simple.