Tabasco: vida después del lopezobradorismo
POR: RODULFO REYES
Nunca desde 1988 que un desprendimiento en el PRI dio origen a una oposición que en 2012 llegó al poder en Tabasco de la mano de Andrés Manuel López Obrador, una competencia interna en el partido en el gobierno se había encendido tanto como ahora que Morena está seleccionando a sus candidatos a alcaldes y a diputados, en cuyo fondo se encuentra la lucha de políticos oportunistas sumados al movimiento contra el grupo que ha apoyado al de Macuspana sin venir de la placenta de los partidos tradicionales.
La derrota de Adán Augusto López Hernández y el relanzamiento de la corriente de los fundadores que se la rifó con Claudia Sheinbaum Pardo como parte del núcleo duro del lopezobradorismo, ha engallado a este último que busca, dos sexenios después de que el movimiento conquistara la Quinta Grijalva, ponerse en la primera línea gubernamental.
En 2012 que López Obrador se hizo de la gubernatura con el priísta Arturo Núñez Jiménez y en 2018 que mantuvo la plaza con otro priísta como Adán López, el círculo cercano al ahora Presidente fue dejado fuera de la repartición de poder.
Núñez, ahora perredista, administró con sus amigos y con un selecto grupo de priístas mandando a la banca a la gente que desde el 88 apoya a Andrés Manuel, y hace cinco años Adán López explotó la misma fórmula de darle los principales cargos a sus cercanos (“¡ni modos que gobierne con mis enemigos!”, se sinceró en un programa de radio) al tiempo de relegar a la tropa que acompañó en las malas al famoso tabasqueño.
Hoy la correlación de fuerzas ha cambiado con la designación de Javier May Rodríguez como el abanderado a Plaza de Armas, en una lucha paralela a la batalla que dio en el edén la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que desde Villahermosa sufrió embates con resonancia nacional como los ataques virulentos de Alfredo Jalife en una radiodifusora local.
La lucha en el vinotinto por la candidatura presidencial que finalmente fue para Claudia fue sin cuartel en Tabasco, y la prueba fue el despido de más de 200 empleados del gobierno, del Congreso local y de los ayuntamientos que le manifestaron en público su apoyo; o la entrevista radiofónica que la doctora término en forma abrupta por quejarse de violencia por no querer responder a una pregunta sobre una falsa encuesta que ponía adelante al ex secretario de Gobernación.
En la integración de los gobiernos lopezobradoristas en 2012 y 2018, la corriente en que se encontraba May fue relegada, al punto de que este –a partir de entonces– solo ha logrado cargos que tienen que ver con la república más que con el estado, como una senaduría, una dirección general, una subsecretaría y una secretaría.
Doce años después, el lopezobradorismo menospreciado se la cobró a los priístas con la elección interna de hace cuatro meses, cuando Sheinbaum se impuso por paliza al candidato de casa, que quedó en cuarto lugar.
Ahora, con el partido en sus manos, aunque los órganos de gobierno siguen en poder del grupo priísta, los ganadores quieren dejar afuera de las elecciones del próximo 2 de junio a los cuadros de la corriente perdedora.
A los seguidores de Adán López se les está vetando para participar como candidatos, aunque, en muchos de los casos, tengan una presencia que allega votos, pese al señalamiento de ser parte de una cuadra priísta que le ha causado más daño que bien a la entidad.
Y ese es el riesgo: que desde adentro se trastoquen las estructuras del partido del Presidente, que si bien se perfila para ganar las elecciones sin ningún contratiempo, puede quedar vulnerable a finales de este año que el de Macuspana ya no esté en la esfera pública.
En las primeras candidaturas dadas a conocer, los fundadores van abajo: los abanderados a la Cámara Alta son Rosalinda López Hernández, alta funcionaria del SAT, candidata a presidenta municipal del PVEM-PAN en 2015 y hermana del ex secretario de Gobernación; así como Oscar Cantón Zetina, con una larga trayectoria en el PRI.
Pero, en resumen, la designación de May para competir por la Quinta Grijalva significa el primer triunfo de los verdaderos pupilos de AMLO desde hace dos sexenios que se echó al PRI de Plaza de Armas.
