Vejez o juventud eterna, el misterio del ADN
Por Ivette Estrada
La vida y percepción de las personas de la Tercera Edad cambia radicalmente a lo largo del tiempo y la abuelita que cuidaba a Piolín desaparece del imaginario mientras presenta a personas con múltiples habilidades, experiencia y compromisos que confrontan diversas irrupciones, pese a sus limitaciones y paso del tiempo.
Los antiguos viejos de 50 años ahora son actores proactivos de la economía, política y vida social. La obsolescencia con los años, ¿está proscrita? No. Más años no se ligan automáticamente a un buen nivel de vida, aunque si existen algunos avances científicos para lograrlo un día.
En 1841, la esperanza de vida al nacer en las economías desarrolladas, era de aproximadamente 40 años, ahora es de alrededor de 81. Pero la longevidad no siempre equivale a una buena salud, hay una discrepancia entre Vida útil con el número de años que vivimos y la duración de la salud.
Resulta triste admitir: a partir de los 60 años, al menos la mitad de nosotros desarrollaremos una afección relacionada con la edad. Y a menudo seguirán más. ¿Podemos atacar las causas del deterioro relacionado con la edad y revertirlas?
Sabemos que 4000 semanas es la vida humana promedio. Pero no todas estas semanas son iguales. A medida que envejecemos, nuestro riesgo de enfermedades como el cáncer, artritis, demencia y accidentes cerebrovasculares aumenta considerablemente.
A pesar de que el envejecimiento afecta a casi todos los organismos vivos, los científicos no comprenden completamente qué lo causa. Este es un primer paso obvio si queremos ralentizar, o incluso prevenir, sus efectos.
Un factor que puede contribuir al envejecimiento es la acumulación gradual de mutaciones en el ADN de nuestras células, que proporciona instrucciones para que nuestro cuerpo funcione. En última instancia, esto podría conducir a enfermedades y a las características visibles del envejecimiento.
Asimismo, factores externos como el tabaquismo, rayos UV del sol y contaminantes también causan daños.
Los científicos dicen que todas las especies analizadas llegan al final de sus vidas con un número similar de mutaciones en el ADN, desde ratones que viven unos tres años hasta humanos que viven unos 80 años. Esto sugiere que hay una restricción evolutiva en la cantidad de mutaciones que un organismo puede acumular.
Hoy se explora si los animales con vidas muy largas, como ballenas, elefantes y “medusas inmortales”, desarrollaron una mejor capacidad que nosotros para reparar el daño de su ADN. Si podemos entender lo que sucede en sus células, tal vez podríamos transferir ese proceso a los humanos.
Por lo pronto, se ha demostrado que la reprogramación celular funciona en ratones: los ratones viejos pueden volver a ser jóvenes, rebosantes de salud y energía. Curiosamente, los estudios del Instituto Salk demostraron que esto también funciona en ratones con progeria. Pero se necesita mucho más trabajo antes de que la técnica pueda usarse en humanos, porque los científicos no saben realmente lo que está sucede a nivel molecular.
Misterios de la vida y lalongevidad por resolver….
