Un Viaje Épico que Marca una Nueva Era, así la Inauguración del Tren Maya
En un día cargado de emociones que pintaban el cielo con una paleta de colores en Campeche, el reloj marcó un momento trascendental el 15 de diciembre del 2023 a las 10:30 de la mañana. Un clamor en el aire resonó con fuerza: “Detengan su reloj“, como un eco que pretendía grabar aquel instante en la memoria colectiva. Era el inicio anhelado del Tren Maya, el Guerrero Jaguar que emprendía su viaje inaugural desde Campeche hacia Cancún.
La comunidad de Campeche se unió en un crescendo de júbilo, celebrando el comienzo de una era inédita para la Cuarta Transformación y el sureste de México. Entre la lluvia de papeles metálicos y los vítores ensordecedores, el convoy cobró vida y se puso en marcha.
Bajo sonrisas luminosas, el presidente Andrés Manuel López Obrador proclamó que aquel momento representaba la materialización de un sueño acariciado por el pueblo de México. Era un acto de justicia para el sureste, una región desatendida y relegada durante largo tiempo bajo administraciones previas.
Desde la estación de San Francisco de Campeche, el mandatario dio el banderazo de salida a este tren emblemático, un símbolo de desarrollo que prometía desvelar la riqueza cultural, arqueológica y gastronómica de Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Tabasco y Chiapas.
Con orgullo palpable, López Obrador destacó que esta grandiosa obra se erigió sin cargar al país con deudas, exhibiendo el tren conformado por cuatro vagones que se encaminaba hacia Cancún, Quintana Roo.
A lo largo de un viaje de cinco horas y media, el Tren Maya se convertiría en una ventana hacia el esplendor de las antiguas ciudades mayas. Paradas como Tenabo, Hecelchakán, Calkiní, Maxcanú, Uxmal, Umán y más ofrecerían experiencias únicas, desde vestigios arqueológicos hasta manifestaciones del arte religioso y la naturaleza exuberante.
Un Viaje Épico que Marca una Nueva Era, así la Inauguración del Tren Maya
En un vagón con capacidad para 80 personas, periodistas y camarógrafos se esforzaban por capturar la esencia de esta gesta, cada uno buscando la instantánea perfecta que inmortalizara este hito. Sin embargo, entre los elogios, se colaron críticas y señalamientos sobre obras incompletas por parte de algunos medios.
En un gesto de transparencia, el presidente reconoció el posible descontento entre ciertos sectores, atribuyendo la financiación de esta obra emblemática al ahorro obtenido por la cancelación del Aeropuerto de Texcoco.
En un acto que destacó la importancia de la comunicación, López Obrador aprovechó el trayecto para llevar a cabo una segunda sesión informativa con los medios a bordo, reafirmando la relevancia de rescatar los trenes de pasajeros y exhortando a cuidar los bienes nacionales.
Entre anécdotas y bromas, el mandatario mostró con orgullo el primer boleto del Tren Maya y resaltó el papel crucial de las fuerzas armadas en la protección de estas instalaciones, despejando dudas sobre una posible militarización.
El trayecto, que comprende 14 estaciones y 473 kilómetros, promete sumergir a los turistas en un viaje inolvidable a través de la ruta Maya, revelando la riqueza histórica y cultural de la civilización Maya en paradas como Teya Mérida, Tixkokob, Izamal, Chichén Itzá y más.
Este viaje, acompañado por sobrecargos que ofrecían aguas frescas de Pepino, Chaya y Jamaica, era una genuina celebración de la historia, la naturaleza y el legado de una civilización ancestral.
En medio de cámaras, obras finalizadas y críticas, este primer viaje del Guerrero Jaguar del sureste de México dejará un legado, conectando al país y exhibiendo al mundo la grandeza y diversidad cultural de esta región en una página que perdurará en la historia.
Por Janet Galindo
