Ensayo de golpe
Por José García Sánchez
Por unos días el gobernador de Nuevo León acaparó los espacios destacados de los medios. El mercantilismo interno de los medios en momentos como éstos, actúa de inmediato aumentando tarifas a niveles inverosímiles y sumando ganancias que negocian con o sin factura, permanentemente.
La participación de los medios se suma a otra, evidente en esos días, la que existe entre el PRIAN y el Poder Judicial. Los líderes de estos partidos tuvieron la ley en sus manos y ordenaban al Poder Judicial como si tuvieran un menú frente a sus ojos en la oferta y subasta de fallos de la Suprema Corte y uno que otro juez.
Medios y Poder Judicial actuaron descaradamente, con el disfraz suficiente para que se pensara que actuaban cumpliendo con su deber y en otras ocasiones, violentando las leyes e interpretándolas a favor de Alejandro Moreno y Marko Cortés, con fallos de la Corte y declaraciones de los jueces.
Las leyes siempre han sido una especie de conocimiento para iniciados, los abogados se comunican todavía en una jerga que se asemeja más al español antiguo que a la información abierta sobre su quehacer cotidiano. Exactamente al revés de como actúan los medios, que se expresan en un lenguaje coloquial, a tal grado que rayan en lo obvio y frívolo, aunque comuniquen sólo mentiras o distorsiones de la realidad.
La judicialización de la política tiene su expresión más clara en este suceso que pude llamarse aplicación de la justicia mexicana o golpe de Estado, según la perspectiva ideológica con la que quiera apreciarse el tema. Lo cierto es que el PAN y el PRI, al tener en sus manos al Poder Judicial, lo utilizan como arma política. Nunca los jueces han obedecido a otros.
Cada uno de los vértices del triángulo que conforma el golpe de Estado blando o lawfare, estuvieron presentes en los intensos sucesos de Nuevo León, encabezados por los líderes del PAN y del PRI. Desde luego, su candidata debió tener presencia en esos momentos pero su incapacidad se lo impidió.
El Poder Judicial tiene dueño y los medios convencionales también. Es la misma complicidad. Luchan por obtener como propio el tercer punto del triángulo de poder fáctico que permite asestar un golpe de Estado legaloide que es el Poder Legislativo. Nunca pelean en las urnas por el Poder Ejecutivo los partidos de oposición, quieren diputados y senadores, mientras más, será mejor.
En este sexenio la oposición en el Poder Judicial trató de debilitar, en el siguiente quiere arrasar para tener los elementos suficientes para el golpe. Pero, además, es indispensable que el segundo lugar en las elecciones sea de su bando para colocarle la banda. Por eso escogieron a Xóchitl, quien, hasta físicamente se parece a Dina Boluarte, ahora denunciada por la Fiscal General de Perú, Patricia Benavides, por el delito de homicidio como responsable de la represión contra la gente que protestó, y que sumaron más de 50 homicidios de Estado, principalmente contra miembros de los pueblos originarios de Perú.
Dina Boluarte cumple un año usurpando el poder, el 7 de diciembre, y podría ser toda una inspiración para la candidata del PRIAN.
Las características de quien deba tomar el poder por asalto, serán en apariencia, por ello se requiere de alguien que no sea muy inteligente y tenga sólo una parte de las simpatías del electorado, porque así los poderosos que mueven sus hilos, puedan tener una salida a la hora de desecharla.
Esos poderes fácticos saben que no pueden repetir de la misma manera en México los mismos esquemas que en los países de América del Sur, serían previsibles. Así, para ser realmente efectivos, tendrán que crear un lawfare al mismo tiempo que sólo sirva para distraer y tomar el poder por asalto de otra manera más violenta.
Tienen dos serios obstáculos que sortear: el primero el alto nivel de simpatías del actual presidente y de la próxima presidenta de Morena, capital que deberá no sólo mantener sino aumentar; el otro, la incorporación del Ejército a las responsabilidades esenciales de la 4T.
Cuando los jueces no tienen otros fallos más que los que deben estar en los medios, para evitar otras informaciones debe buscarse en otros espacios los peligros reales.
Lo sucedido en Nuevo León, independientemente del apego al Derecho y de las simpatías o antipatías hacia los protagonistas, fue un ensayo de lo que puede hacerse a nivel nacional en el mediano plazo, con otra estrategia de ataque. La rapidez con la que se otorgaron amparos, se dieron a conocer las denuncias, se difundieron en los medios los documentos sancionadores de los jueces, delata una maquinaria que pareciera decir: Golpe avisa.
