La balanza de la Justicia
Por Héctor Guerrero
Hacer que funcione la balanza de la justicia es básico en cualquier país que se defina o por lo menos se considere como una democracia.
El equilibrio de poderes en México ha sido una utopía que por momentos se toca y otros, está sumida en una obscuridad profunda, y que de alguna manera se ha mantenido más o menos estable, hasta que llegó este régimen que quiere todas las canicas.
Luego de que Záldivar renunció a su cargo por “razones graves”, dicha dimisión tenía que pasar por el Senado para que fuera aprobada, previa autorización de su pejestad.
Pero lo increíble del asunto es que el presidente aceptó su renuncia, para deshacerse en elogios para el tiktokero.
Así, los empleados del presidente, aprobaron con 63 votos a favor y 43 en contra, la renuncia del ahora porrista y tiktokero de la corcholata, como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con el argumento de que “no hay un catálogo de causas que definan “causa grave” y que, al final de cuentas nadie está obligado a hacer un trabajo que no quiere hacer, por lo que apelaron “al libre desarrollo de la personalidad y a la libertad del trabajo”. El ministro conserva sus privilegios de retiro y se va a inyectar no sé qué a la campaña de la marioneta.
Lo cierto es que su servilismo y megalomanía quedan más que exhibidos, ahora es un “swiftie” más.
Pero aquí lo que no hay que olvidar es que el presidente le gusta apostar fuerte y hacer sorna y escándalos de los asuntos y temas que sabe que va a ganar, con esa sonrisa burlona y arrogancia de pequeño dictador.
El procedimiento es más o menos así, el presidente manda una terna y si no les parece a los senadores, manda otra y si no aceptan a sus otros tres, el mesías de Macuspana impone al de su preferencia, en un plazo de 30 días. Jaque Mate, la plaza el para el régimen, pero esta vez se asegurará que no se le salgan de huacal, como ha señalado abiertamente a los ministros que según él, se contagiaron y se convirtieron en “conservas”, lo traicionaron.
Así que la terna que se armó el presidente, para encender el fuego, como le gusta, pues es simplemente de terror: Bertha María Alcalde Luján, Lenia Batres Guadarrama y María Estela Ríos González.
La crema y nata de las familias consentidas del régimen, los Alcalde Luján y los Batres Guadarrama, más enquistados que un tumor con dientes y Ríos González, porrista y aduladora de AMLO.
Ese es de entrada, el perfil que quiere el presidente para ocupar la vacante del Tiktokero.
Obviamente las tres son militantes de Morena, la hermana de la Secretaria de Gobernación, e hija de Bertha Luján, fue presidenta del Consejo Nacional del partido, Lenia es hermana de Martí, una porra fina, consumada y María Estela Ríos es consejera jurídica de AMLO y porrista muy entusiasta.
De verdad, si se armara una especie de “Frankestein” con las tres, para hacer un ser capaz, sería poco más que imposible y aclaro, no se trata de que por ser mujeres se les esté señalando, la evidencia es visible para todos.
Esta primera terna representa el servilismo, la mediocridad, inexpertos, incapaces, pero 100 por ciento leales, lo que quiere hace López con la corte, un golpe de antología, como cuando López estaba en el PRI.
Pero no olvidemos que al presidente le encanta sentarse a ver las cosas arder, así que ni estas tres mujeres, ni su posible Frankestein van a llegar, hay que esperarse a la siguiente terna.
Aquí el presidente demuestra su total y absoluto desdén al poder judicial (y a todo quién no vea en él al salvador de México).
Y ya para terminar, lo de Marcelo, un cásico, doblarse, tragar sapos y ser el segundón, se llama sobrevivencia.
Lo mismo a la Sra Corcholata que ni pío dijo cuando le bajaron a su “Batman” y que confirma que el bastón lo manda ya sabes quién.
Y la oposición, bueno trabajando para AMLO , como ya es costumbre.
Acuérdense de Acapulco, la tragedia nos puede alcanzar a todos y ya sabemos lo que se puede esperar de este gobierno.
Tiempo al tiempo.