Pacientes paralizados vuelven a caminar gracias a un moderno chip cerebral


La Chispa trae una revolución médica pues China logró que pacientes paralizados vuelven a caminar. Este impresionante avance fue logrado por científicos de la Universidad de Fudan, quienes han desafiado los límites de la neurotecnología moderna. Bajo la dirección del profesor Jia Fumin, se ha desarrollado una interfaz cerebro-columna triplemente integrada, una innovación que ha logrado lo que antes parecía imposible: permitir el movimiento autónomo en personas con parálisis.
El bypass neural: la clave para que pacientes paralizados vuelvan a caminar
El núcleo de esta tecnología se basa en implantes de electrodos de apenas 1 mm que se colocan tanto en el cerebro como en la médula espinal. Este sistema crea un bypass neural, permitiendo que las señales cerebrales sorteen las zonas dañadas del sistema nervioso. Gracias a esto, pacientes paralizados vuelven a caminar en un lapso tan corto como 14 días tras la operación, lo cual representa un hito en la medicina neurológica.
Remodelación neural: reconstruyendo el sistema nervioso
El método chino no solo conecta el cerebro con las piernas, sino que activa nervios espinales latentes mediante estimulación directa. Esta técnica genera una “remodelación neural”, restaurando funciones que se creían perdidas. El primer paciente, un hombre de 34 años que quedó paralizado tras una caída, describió sensaciones de calor, hormigueo y contracciones musculares solo horas después del procedimiento, lo que confirma una recuperación neurológica profunda.
Contraste con Neuralink y visión médica global
Este logro pone en entredicho declaraciones como las de Elon Musk y Neuralink, quienes consideraban las extremidades paralizadas como “irrecuperables”. El enfoque chino no solo desafía este pensamiento, sino que abre la puerta a nuevas posibilidades para el tratamiento de lesiones medulares en todo el mundo.
Aplicaciones futuras y esperanza para millones
Con solo cuatro pacientes tratados hasta ahora, los resultados iniciales son prometedores. Sin embargo, el equipo de la Universidad de Fudan ya planea ampliar los ensayos clínicos. La posibilidad de aplicar esta tecnología en otras afecciones neurológicas, como lesiones cerebrales traumáticas o esclerosis múltiple, podría cambiar la vida de millones.