Funcionario aduanas relojes millonarios sorprenden a todos


El Administrador Central de Investigación Aduanera en la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), Alex Tonatiuh Márquez Hernández, reportó en su declaración patrimonial de 2025 una colección de cinco relojes de lujo con un valor total de 7.7 millones de pesos, cuyo mayor ejemplar fue acreditado en 3.7 millones
Las adquisiciones se hicieron entre 2012 y 2021, periodo durante el cual Márquez Hernández desempeñó diversos cargos públicos y privados, con ingresos mensuales estimados entre 25,000 y 100,000 pesos, según fuentes periodísticas
Estilo de vida opuesto a la austeridad gubernamental
En un contexto nacional donde la austeridad republicana es emblema del gobierno federal, esta declaración patrimonial destaca por su contraste. Los relojes de lujo declarados superan incluso el patrimonio que en su momento exhibieron figuras públicas como Emilio Lozoya o Carlos Romero Deschamps
Durante eventos públicos, el funcionario mantiene los relojes ocultos con ropa holgada, lo que ha despertado sospecha entre observadores y críticos de la administración pública
Funcionario aduanas relojes millonarios y comparativas incómodas
El valor declarado equivale a más de una década del salario bruto de un alto funcionario federal, según los tabuladores oficiales. Esta particular colección patrimonial ha sido objeto de comparación con otros casos emblemáticos de la élite política mexicana
Además de la discrepancia patrimonial, Márquez Hernández ha enfrentado señalamientos por presunta corrupción interna. Empleados de la ANAM han protestado públicamente exigiendo su destitución, acusándolo de tráfico de plazas y favorecimiento ilícito de redes vinculadas al robo de combustible.
La investigación periodística destaca también incidentes relacionados con su escolta: vecinos de la colonia Irrigación en CDMX lo confrontaron tras bloquear calles con camionetas Suburban y presuntas amenazas directas a ciudadanos involucrados.
ANAM guarda silencio institucional
Pese a las repercusiones, la Agencia Nacional de Aduanas de México no ha emitido hasta el momento ninguna postura oficial ni ha abierto investigación sobre el origen de la colección de relojes. Tampoco se ha señalado si se verificó la legalidad de las adquisiciones patrimoniales declaradas
Este silencio intensifica las dudas sobre los mecanismos de control patrimonial y los estándares de transparencia dentro de organismos clave de la administración pública.
Este caso no solo expone un contraste marcado entre el estilo de vida privado del funcionario y los principios de austeridad promovidos, sino también abre un debate sobre la eficacia de la rendición de cuentas y el control patrimonial en la administración pública. La colección valorada en 7.7 millones de pesos y la falta de respuesta institucional colocan al funcionario y a la ANAM bajo el escrutinio público.