Tras la sequía intensa en la Península de Yucatán, el panorama ha cambiado drásticamente con las intensas lluvias que han caracterizado el mes de junio.
Comparando fotografías captadas con un mes de diferencia, la transformación es evidente: donde antes predominaba la aridez y las zonas secas, ahora resurge un verde exuberante que marca la recuperación de la selva maya.
Desde el 27 de mayo hasta el 27 de junio, la región ha experimentado un cambio notable. En la primera imagen, tomada durante la época más seca, se observa un paisaje árido y escasamente verde.
En contraste, la fotografía reciente del 27 de junio revela una Península revestida de vegetación, evidenciando cómo las lluvias han revitalizado el entorno natural.
El fenómeno climático de este año ha superado las expectativas, con un mes de junio que se ha destacado por las precipitaciones por encima de la media histórica.
Reverdece la Península de Yucatán
En Mérida, la lluvia más intensa registrada alcanzó los 227.6 mm el pasado lunes 24, marcando uno de los eventos más significativos de la temporada.
El pronóstico meteorológico indica que las lluvias continuarán en los próximos días, impulsadas por una onda tropical activa que podría tener potencial ciclónico en su trayectoria por la región.
Aunque se espera que no alcance categoría de ciclón tropical en el Caribe, existe la posibilidad de que se intensifique una vez en el Golfo de México.
Este fenómeno no solo beneficia la recuperación de la vegetación, también la agricultura local y el abastecimiento de agua en la región
Independientemente de su evolución, esta onda tropical seguirá generando precipitaciones intensas sobre la Península, sumándose a las abundantes lluvias que han caracterizado este período desde mediados de junio.
Este fenómeno no solo beneficia la recuperación de la vegetación, sino que también tiene implicaciones positivas para la agricultura local y el abastecimiento de agua en la región.
El reverdecimiento de la Península de Yucatán no solo es un espectáculo visual, sino un indicador de la capacidad resiliente de la naturaleza frente a los ciclos climáticos extremos.
Este año, las lluvias han llegado como un alivio esperado, renovando la esperanza de una recuperación ambiental y económica para las comunidades que dependen de los recursos naturales locales.
