fbpx
Leyendo ahora
Democracia y medios de comunicación, una relación que se está yendo a pique

Democracia y medios de comunicación, una relación que se está yendo a pique

Democracia y medios de comunicación

El felino de rayas negras y amarillas daba vueltas apoyándose en sus patas traseras, mientras que con las delanteras lanzaba cortos zarpazos al aire y rascaba la polvorienta tierra, como para que a los hombres que lo rodeaban amenazándolo con sus largas lanzas, rifles de caza y otros artefactos para matar no les quedara duda de que iba a defenderse hasta la muerte. La ferocidad de su mirada contrastaba con la gravedad de su estado físico, pues de una larga herida en un costado le manaba abundante sangre.

Con su venia y paciencia, amable lector, considere usted que en la imagen que acabamos de construir el tigre de Bengala representa al sector de los medios de comunicación, que en la vida real pasa apuros para sobrevivir, acosado por la competencia de los medios digitales, cuyo número aumenta cada semana.

En realidad, los medios digitales crecen en la mediocridad y arrastrando su falta de recursos económicos, pues no pueden monetizar –darles el valor suficiente que les permita ser rentables– lo suficiente sus productos, los cuales además tienen que competir con los que se ofrecen gratuitamente por todas partes: por celulares, laptops y un sinfín de otros medios y plataformas.

Las condiciones económicas propician que los medios de comunicación normales, en específico los impresos, ante la baja de esos ingresos tengan que recortar su personal. Los despedidos no encuentran acomodo en los medios digitales, que pueden operar con equipos de hasta cinco personas, o menos.

Esta situación de claro desbalance ya ha propiciado el despido de decenas de reporteros, redactores, editores e incluso fotógrafos, la mayoría de los cuales se van con las manos vacías, o con unos cuantos pesos, lo que afecta a muchas familias.

Por su parte, la mayoría de los dueños de los medios digitales toman previsiones, que consiste mayormente en despidos sin cumplir las leyes del ramo. Alguno de esos micros o miniempresarios ya piensan en el cierre definitivo.

Otra consecuencia de la dispareja lucha entre medios impresos y digitales es la baja notoria de la calidad de la información, pues aunque los primeros se queden con los mejores elementos de su personal, éstos no pueden hacer la cobertura más amplia que se lograba cuando había los empleados suficientes.

Por otro lado, no hay duda de que en los próximos procesos políticos se resentirán las malas condiciones económicas de los medios impresos y digitales, pues menos personal estará abocado a cubrir la actividad de ese importante sector.

GOLPAZO AL LÍDER

Hay otro factor que debemos considerar al analizar las condiciones económicas que envuelven cada vez más a los medios impresos y digitales: el fuerte golpe que recibió el periódico que se ostentaba como el líder del sector, no sólo en lo económico, sino también en lo moral: el Diario de Yucatán (Didy), que hace unos años llegó a alcanzar tirajes de poco más de 70 mil ejemplares, muchos más que los actuales 25 mil o 30 mil que consignan medios extraoficiales, basándose en los 30,000 que se dice alcanza al día el periódico sensacionalista De Peso. (Por cierto, cuando este tabloide se lanzó por primera vez a buscar lectores, muchos moralistas vaticinaron que fracasaría porque a los yucatecos no les gustaban los deportes, la información policiaca y los espectáculos de color subido… Y De Peso mostró que hay un gran número de personas con esas preferencias.)

EL DIDY SÍ LE COBRA AL GOBIERNO ESTATAL

Todavía peor para el Didy, ahora su predominio está fuertemente golpeado por las revelaciones de uno de sus antiguos empleados y colaboradores, que luego de un despido al parecer injustificado e injusto, lanzó un libro testimonial bajo el título “Interiores. La caída de un gigante”, en el que detalla incluso cuántos millones de pesos recibía ese periódico procedentes de los gobiernos estatal y del municipio de Mérida, principalmente.

GOLPAZO AL LÍDER

Cuando en marzo de 2022 el periodista y escritor Manuel Triay Peniche lanzó al mercado (usted puede decir “a las bibliotecas” o “los anaqueles”, para no sonar quizás ambicioso) “Interiores…”, el cuarto libro del veterano reportero, se escuchó que algo se rompía en Yucatán: era la confianza en el periódico diario más antiguo, más prestigiado y conservador del estado… Muchos no podían creerlo.

Ver también
Ayuda a migrantes en Yucatán

JUGOSO “SUBSIDIO” ESTATAL

Como ejemplo del contenido del libro podemos citar el párrafo que dice: “El actual Gobierno del Estado (que encabezaba el panista Mauricio Vila Dosal) le paga mensualmente al Diario unos me dicen que 5.5 y otros que 6 millones de pesos, lo mismo que le pagaba el gobierno de (Rolando) Zapata Bello, según mis fuentes. ¿Eso es ilegal? La respuesta sigue siendo no. Sé también que quienes se sentaron a negociar ese convenio querían 9 millones mensuales –seis facturados y tres en efectivo–, pero se les negó”.

El destape de los negocios aparentemente “turbios” de la “Biblia” fue un duro golpe para quienes creían de verdad que el Didy no publicaba otra cosa más que la verdad, toda la verdad y sólo la verdad, pero Triay hace una advertencia más amplia: “Pero ahí no quedan las cosas, hay otro factor que acaba la crisis en México: el papel de los gobiernos estatales, municipales y el federal, que sostienen de manera artificial a decenas de medios sin audiencia ni lectores. Es un embute institucional”.

De entre los muchos párrafos que pueden calificarse como reveladores y hasta traumatizantes, Triay Peniche dedica algunas páginas a plantear y analizar la situación que vivió alrededor del año de 1988 el municipio yucateco de Chemax, que se rebeló contra las imposiciones electorales que lanzaba contra ellos el Gobierno del Estado. El entorno electoral generó violencia, y en 1985 el saldo incluyó un muerto, Benito Oy Kumul, dirigente local del PAN y quien fue linchado hasta la muerte por grupos priistas.

De entrelíneas sacamos una observación que nos parece importante: en las elecciones de 1987, aparte de que el PAN perdió Chemax a manos del PRI, los panistas ganaron en varios municipios, precisamente en aquéllos donde el Didy tenía más presencia y circulación. Así que la sentencia es certera hasta ahora: donde la democracia cuenta con el respaldo de medios de comunicación justos, imparciales y honestos de verdad, el gobierno del pueblo es inevitable.

El reportero Triay, íntimo conocedor de los procesos internos del periódico diario donde trabajó 40 años, desmenuza en su cuarto libro hasta los más pequeños detalles internos que caracterizaban a ese periódico, y hace trizas los calificativos elogiosos que muchos expresaban a favor de ese medio, además de exponer que no pocos de esos elogios salían de la cabeza de algunos de sus directivos (con la excepción, recalcada por Triay, del director general, don Carlos R. Menéndez Navarrete). El caso de la “Biblia” será muy educativo para los partidos y para los dirigentes y militantes que crean que todavía se puede manipular con dinero a los medios de comunicación. ¿O no se puede?

Todos quienes tienen un medio de comunicación impreso o digital se esfuerzan, o se angustian, por saber cómo será la relación con la administración estatal y el gobierno meridano, para saber si sobrevivirán. Ahora más que nunca tratar de vivir fuera del presupuesto sería, más que un error, un suicidio. Dicen que esa definición no será sino hasta marzo, así que, por lo pronto, en el ínterin hay que proclamar ¡feliz Navidad y próspero Año Nuevo!


© 2024 Grupo Transmedia La Chispa. Todos los derechos reservados

Subir