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Bienestar y justicia social en Mérida.

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Bienestar y justicia social en Mérida.

Un nuevo rumbo para la Capital: Las promesas comienzan a cumplirse

El gobernador Joaquín Díaz Mena, ha asumido un rol activo, operativo y firme. Porque Mérida merece algo más que gestos políticos: merece gobiernos que trabajen de verdad.

El sur de la ciudad, usualmente relegado de las prioridades municipales, hoy muestra avances tangibles gracias a un gobierno estatal que ha decidido poner manos a la obra donde otros solo reparten promesas.

Por: Gloria K. López

En una época donde la confianza en los gobiernos suele estar sujeta a prueba, el arranque del Plan Bienestar por parte del Gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, marca un momento esperanzador para los ciudadanos de Mérida. Con acciones visibles y concretas, el mandatario comienza a materializar una de las promesas más sentidas por la población: rescatar la dignidad urbana de la capital yucateca.

En los primeros meses de 2025, el gobernador de Yucatán, ha demostrado que no necesita un micrófono permanente ni propaganda excesiva para dar resultados visibles. Su presencia en el municipio de Mérida ha sido constante, con acciones concretas que están transformando zonas que por años han sido ignoradas.

Bajo un enfoque claro de atención al bienestar social, el gobernador dio el banderazo inicial a una serie de trabajos de bacheo, pavimentación, alumbrado y limpieza de calles, en una jornada simbólica y representativa de lo que busca este proyecto: llegar a donde antes no se llegaba. La presencia de autoridades estatales y municipales, así como de los propios vecinos, refuerza el carácter colaborativo y social del programa.

La inversión inicial de 25 millones de pesos para rehabilitar las calles de la capital no solo es un acto administrativo; es un mensaje de que la voluntad política puede y debe traducirse en resultados. Que las calles sean transitables, que haya agua potable y alumbrado público no debería ser un lujo, sino un derecho básico, y el gobernador ha asumido este compromiso con firmeza.

Además, Díaz Mena no limita su visión al corto plazo ni a la capital yucateca. Al señalar que las carreteras estatales también serán intervenidas y que el Plan Bienestar se extenderá a otras colonias y municipios, deja claro que su política de infraestructura tiene un enfoque integral. El bienestar, como él mismo afirma, debe llegar “a cada rincón de Yucatán”.

Este primer paso, aunque aún incipiente, marca una diferencia con administraciones anteriores que dejaron en el olvido muchas de las necesidades más básicas. Hoy, el discurso de cambio empieza a caminar al ritmo de la maquinaria que tapa baches y de las luminarias que se encienden para dar seguridad. Falta mucho por hacer, pero las señales son alentadoras.

En definitiva, las promesas comienzan a cumplirse. Y aunque el reto es inmenso, si el Gobierno del Estado mantiene este ritmo y compromiso, los ciudadanos de Yucatán podrán, al final del sexenio, ver en sus calles, en su calidad de vida y en su seguridad, los frutos de una transformación que inició con voluntad y hechos.

Es momento de reconocer que el dinamismo de Mérida, en lo que va del año, proviene del gobernador Joaquín Díaz Mena. Y aunque el municipio también tiene sus atribuciones, hoy más que nunca queda claro quién está haciendo el trabajo pesado. La capital yucateca no puede seguir siendo escenario de protagonismos partidistas mientras las y los meridanos exigen resultados concretos.

Mérida, prioridad para Díaz Mena

Desde los primeros días de su administración, el gobernador ha dejado en claro que Mérida no sería una más en la lista de prioridades, sino el eje central del desarrollo de Yucatán.

Realiza de manera constante recorrido por las colonias del sur de la capital yucateca —Castillo Cámara, Melitón Salazar y Dolores Otero—, el mandatario personalmente constata el avance del programa “Bacheo de calles para el Bienestar de Mérida”, una acción concreta, visible y urgente, en una zona que por años fue relegada de los grandes planes de infraestructura.

No se trata de un acto aislado, ni de una visita para la foto. Se trata de una presencia constante del gobernador en territorio, cumpliendo su palabra: regresar a las calles de Mérida y trabajar desde abajo, con la gente y para la gente. Su visión es clara: que el desarrollo de Yucatán comience donde viven las personas, en sus colonias, en sus calles, con servicios dignos y seguros.

La reparación de más de 100 calles —que suman casi 34 kilómetros lineales— es apenas una parte de lo que implica el Plan Bienestar, pero una parte profundamente simbólica. Habla de una gestión que no se ha encerrado en los grandes discursos ni en las promesas genéricas. Habla de calles donde antes había abandono y hoy se ve maquinaria, de colonias donde el deterioro ya no es invisible para el poder estatal.

Técnicamente, los trabajos tienen estándares profesionales: bacheo con concreto asfáltico en caliente, preparación de superficie adecuada, y una meta de durabilidad que apunta a resolver el problema, no a posponerlo. Políticamente, en cambio, el mensaje es más poderoso: el sur de Mérida cuenta, y cuenta desde el primer año de gobierno.

Y es que Díaz Mena no ha escondido su estrategia: Mérida es la vitrina, el motor y el punto de partida de una transformación profunda. Las acciones de bacheo, pavimentación, limpieza y alumbrado no son soluciones cosméticas; son la base para construir una ciudad más segura, habitable y digna para sus habitantes.

Los gobiernos suelen hacer promesas al calor de las campañas. Pero pocos regresan tan pronto y con tanto compromiso a cumplirlas. El gobernador ha demostrado que Mérida no es solo un escenario político, sino una responsabilidad constante. Su presencia en las calles lo confirma: no hay transformación sin territorio, y no hay bienestar sin infraestructura.

Si este ritmo se mantiene, Mérida podría ser —más que nunca— el reflejo de un Yucatán que por fin ve en sus gobernantes a gestores del cambio, no solo administradores del pasado.

Reconocimiento de los ciudadanos. El sur también existe… y hoy se pavimenta

Por décadas, el sur de Mérida fue la parte invisible del desarrollo. Calles llenas de baches, servicios públicos deficientes y promesas políticas que se repetían cada elección para luego desvanecerse. Sin embargo, algo ha empezado a cambiar. No es magia, como bien dijo una vecina de Salvador Alvarado Sur, es voluntad. Y eso hoy se traduce en hechos concretos.

Habitantes de distintas colonias, reconocen que el gobernador Joaquín Díaz Mena llegó a Mérida con maquinaria, trabajadores y una determinación clara: transformar, desde la base, lo que por mucho tiempo fue olvidado. En el marco del Plan Bienestar, con recursos 100% estatales, comenzó la repavimentación de calles en esta emblemática colonia del sur de Mérida, beneficiando directamente a más de 4,600 personas.

Las cifras son contundentes: más de 20 kilómetros de calles serán rehabilitados, con un compromiso de alcanzar cero baches en las 338 calles de la zona. A la fecha, ya se ha avanzado con el 30%.

Pero más allá de los números, lo que marca la diferencia es el modo: el gobernador camina las calles, escucha a los vecinos, toma nota, responde en territorio y cumple. Eso es lo que Rita Novelo Escamilla, vecina del lugar, destacó con razón:

“Cuando un gobernador había venido a comprometerse con los colonos, y hoy aquí está usted”.
Esto no es un gesto aislado ni una acción de relumbrón, señalaron lugareños. El sur de Mérida está siendo intervenido colonia por colonia: Delio Moreno, Mulsay, Castilla Cámara, Melitón Salazar, San Antonio Xluch, Tixcacal Opichén, Ciudad Caucel… todas empiezan a ser parte del nuevo rostro de la capital yucateca. Un rostro más justo, más digno y, sobre todo, más atendido.

Las acciones de bacheo y repavimentación no solo significan calles transitables. Significan seguridad para los peatones, ahorro en reparaciones para los automovilistas, movilidad más eficiente para las familias trabajadoras y, sobre todo, el reconocimiento de que su voz, durante años ignorada, hoy tiene eco en el gobierno estatal.

El llamado Renacimiento Maya, como ha denominado esta administración a su proyecto integral de transformación, encuentra en estas acciones un símbolo potente: si el sur de Mérida se levanta, todo Yucatán avanza. Porque no puede haber desarrollo real si una parte importante de la población sigue marginada.

No, Joaquín Díaz Mena no tiene una varita mágica. Pero tiene algo mucho más valioso: cercanía, compromiso y resultados. Y cuando un gobierno cumple desde el primer año, no hace falta insistir con promesas: la ciudadanía ya lo está viendo en su propia calle.

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San Antonio Xluch I: del abandono al compromiso cumplido

Durante años, San Antonio Xluch I fue una de esas colonias del sur de Mérida donde las palabras pesaban más que los hechos. Promesas iban y venían, pero los baches seguían ahí. Hoy, sin embargo, esa realidad está cambiando, y no por discurso, sino por decisión política, maquinaria en marcha y calles en rehabilitación.

El gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, ha demostrado que su gestión está hecha de territorio y no de escritorio. Su reciente recorrido por esta emblemática colonia del sur dejó en claro un compromiso contundente:

“No nos iremos hasta que haya cero baches en San Antonio Xluch I”.

Esa frase, más que una declaración, se ha convertido en una garantía de cumplimiento que vecinos como Erick Benjamín Mis Dorantes reconocen con voz propia:

“Le planteamos la situación en los Diálogos con el Pueblo y aquí está, regresando a cumplir”.

Con una intervención que abarca 5.4 kilómetros de calles, esta obra no solo mejora la movilidad urbana, sino que devuelve la dignidad a una colonia históricamente rezagada. Las acciones incluyen bacheo con concreto asfáltico de alta durabilidad y tratamiento superficial en tramos críticos.

Lo técnico importa, pero lo humano más: las familias ya no esquivan baches, los motociclistas transitan más seguros, y los niños ya no caminan entre charcos o escombros.

A lo largo de la colonia, los testimonios son coincidentes. María del Rosario Mena, vecina de la calle 86, resume el sentir colectivo: “Antes nadie nos hacía caso. Ahora vemos al gobernador aquí, caminando con nosotros, cumpliendo lo que dijo.

Eso se agradece, y se nota”. Por su parte, Don Rigoberto Uc, un adulto mayor que vive a unas cuadras del parque, lo pone en perspectiva: “Llevo más de 20 años aquí. Es la primera vez que veo a un gobernador regresar después de prometer algo”.

Lo que está ocurriendo en San Antonio Xluch I es más que una obra pública. Es un acto de justicia territorial. Es parte de una estrategia mayor, el Plan Bienestar, que pone en el centro a las colonias olvidadas y apuesta por una Mérida donde el código postal no determine la calidad de vida. La rehabilitación no solo es de calles, también es de confianza ciudadana.

A un 90% de avance, como informó el director del INCAY, Ángel Pérez Medrano, la obra ya es visible y sentida. Y no solo para los vecinos de esta colonia, sino como un mensaje claro para toda Mérida: el Renacimiento Maya empieza desde donde más se necesita.

Porque transformar Yucatán no es levantar grandes edificios ni inaugurar espectaculares proyectos. A veces, basta con cumplir lo que se promete, pisar la tierra, mirar a los ojos y decir con hechos: “Aquí estoy, cumpliendo”.


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