Abuso policiaco en Yucatán por guardia nacional: Una triste verdad
La Chispa aborda la preocupante situación del abuso policiaco en Yucatán por Guardia Nacional, un tema que ha cobrado relevancia en los últimos días. Los hechos ocurrieron el pasado martes 15 de octubre cuando los elementos de la Guardia Nacional ingresaron a Sucilá alrededor de las 10:00 de la noche. Provenientes de Espita, 40 minutos después, detuvieron a un joven identificado por sus iniciales W.E.M.M., a quien agredieron físicamente y sexualmente. Se logró identificar a uno de los agresores como Abelardo “C” supuesto policía. A pesar de que alegaron haber confundido a W.E.M.M. con un delincuente buscado, estos actos son inaceptables.
El Inicio del Terror
La situación se agravó cuando los elementos de la Guardia Nacional decidieron llamar a los familiares del joven usando su celular, exigiendo la cantidad de 60,000 pesos a cambio de no “desaparecerlo”. La familia, desesperada, se dirigió a la policía municipal, solo para recibir la respuesta de que no podían actuar contra la Guardia Nacional, ya que pertenecen a una jerarquía superior.
La Inacción de las Autoridades
La familia, en su búsqueda de justicia, contactó al 911 para solicitar ayuda. Sin embargo, el operador simplemente envió a la policía, quienes se limitaron a conversar con la familia y afirmar que no podían hacer nada. Esto resalta una preocupante ineficacia en la respuesta institucional ante el abuso policiaco en Yucatán por parte de la Guardia Nacional.
Testimonios y Situación Actual
Existen múltiples testimonios que confirman que elementos de la unidad 29019 levantaron a W.E.M.M. Aunque se dice que el joven ya ha regresado a su hogar, la situación continúa sin esclarecerse por completo. Este caso pone de manifiesto la necesidad urgente de revisar y regular las acciones de las fuerzas de seguridad en Yucatán, especialmente cuando se habla de incidentes como cuando policías de Yucatán golpean a discapacitado.
La Lucha por Justicia
La comunidad de Sucilá y otras partes de Yucatán están clamando por justicia y rendición de cuentas. La repetición de estos abusos no solo afecta a las víctimas, sino que también crea un ambiente de miedo y desconfianza entre los ciudadanos.