Javier May va al encuentro, en las Jornadas de Atención, de niñas y niños que serán los futuros servidores del pueblo


En la Jornada de Atención llevada a cabo en el municipio de Teapa, el Gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez saludó en el parque Miguel Hidalgo, a un futuro parlamentario de apenas nueve años de edad, y cuando se trasladó a la Escuela Primaria Urbana Gregorio Beltrán Bastar, extendió su mano a un adelantado diputado de solo cinco años.
Los dos encuentros con “el futuro” se dieron después de que el mandatario atendiera al último ciudadano en la fila de audiencias y aceptara la invitación de la adolescente Sherlyn Selene a acercarse al quiosco, donde ella junto con sus otras cinco compañeras de la Academia de Danza Marlene, habían preparado un ballet con música de Mis Blancas Mariposas.
“Yo lo estaba esperando porque me dijo que iba a venir, ahí me quedé esperándolo hasta que me vio, estaba enfrente y me dijo que ya íbamos para allá. Por eso estoy feliz. Fui perseverante y conseguí que el mandatario nos viera danzar”, contó la bailarina de clásico.
La directora de la academia, la maestra Ivonne Marlene de la Cruz, estaba también muy emocionada. “El Gobernador es un hombre de palabra”, atinó a decir entre la algarabía de sus alumnas, que hasta guardaron una foto para el r.
Bajo el gigantesco samán que ofrecía su sombra al público, el gobernador permaneció sentado, en compañía del presidente municipal de Teapa, Miguel Ángel Contreras Verdugo, y del diputado Reynol Chamec, con el enrome interés de escuchar al campeón de oratoria municipal, Matías León. La vocecita del infante hizo estremecer al nutrido público que lo seguía, en un vibrante y enérgico discurso sobre el héroe de la Reforma, don Benito Juárez García.
Terminada la alocución, la manita del niño que cursa el cuatro grado de primaria, estrechó con fuerza la del mandatario. Este sonrió y le dijo: “Vas a ser muy buen parlamentario”.
Después de la pausa cultural, la comitiva regresó al pabellón para reanudar las audiencias. Allí estaba doña María Concepción de la Cruz con su carta manuscrita, ya sellada por el mandatario; ella solicitó una vivienda en un terrenito que tiene y donde no ha podido construir nada en cuarenta años. Acomodándose los lentes, dió una lección improvisada pero contundente de civismo a su nieto: “Antes ni nos volteaban a ver, eran indiferentes, venía el gobernador y traía una barrera de policía; ahorita es diferente, hay audiencia y los jóvenes como tú tienen muchas oportunidades, les dan tabletas y becas para que sigan estudiando; yo tuve que salir del rancho, donde era puro cargar leña y sembrar, para poder prepararme, hice mi secundaria y una carrera técnica ya grande”, explicó la abuela.
A unos cuantos pasos está un grupo infantil de 16 ajedrecistas, sentados frente a frente, en pares, llevando a cabo unos juegos de exhibición. “Queremos que nos volteen a ver también, ya que tenemos a un campeón estatal del juego ciencia”, comentó el director de la Escuela de Ajedrez The Queen, el profesor José Manuel Montejo, a la vez que apuntó a un joven delgado, con lentes, que no apartaba los ojos del tablero.
La sombra del joven pero robusto árbol se fue moviendo conforme pasaba el tiempo y el sol comenzó a pegar en la mesa de juego. Los ajedrecistas decidieron pausar para acercarse al módulo de las audiencias, donde solicitaron apoyo del gobernador para sus competencias fuera del estado. El mandatario los escuchó y hasta se dejó tomar la foto con ellos antes de dirigirlos con el director del Instituto de la Juventud y el Deporte, Gabriel Isaac Ruiz Pérez, quien tras un diálogo fructífero acordó brindar el respaldo gubernamental, así como becar al joven campeón de ajedrez, Franco Alberto Rincón.
Terminada la Jornada, el Gobernador se trasladó hasta la Escuela Primaria Urbana Gregorio Beltrán Bastar, donde entregó aulas nuevas, banquetas y una “monstruosa barda preciosa”, como la calificaría la directora del centro escolar para aludir a las dimensiones de la pared que protege a los infantes del exterior.
A su arribo, fue recibido por un infante de cinco años, ataviado con el traje tabasqueño, sombrero y paliacate. Su nombre: Romeo Armando Cruz, que para sorpresa de todos, recitó con emoción un poema titulado “El invitado”. “Pase, pase, por favor / le ofrezco una agüita / para este calor”, terminó recitando y ofreciendo sendos cocos frescos con una pajita, que el mandatario aceptó gustoso. May Rodríguez estaba feliz de escuchar al recitador, le preguntó su nombre y antes de pasar a la entrega de la nueva infraestructura, le vaticinó al niño Romeo: “Muy bien, futuro diputado, gracias”. Así concluyó la cuarta visita del Gobierno del Pueblo a la Sultana de la Sierra.