Huracán Erick revela nueva realidad climática: impacto histórico y calentamiento oceánico sin precedentes
Pinotepa Nacional, Oax., 19 de junio de 2025 — El huracán Erick, que esta madrugada impactó la costa sur entre Oaxaca y Guerrero como un poderoso ciclón categoría 4, ha expuesto con crudeza los nuevos patrones del cambio climático en el Pacífico mexicano. Más allá de los daños inmediatos por vientos extremos, lluvias torrenciales y oleaje devastador, el fenómeno ha encendido alertas entre expertos y autoridades por la rapidez de su intensificación y por las inusuales temperaturas del océano.
Con vientos sostenidos de hasta 230 km/h, Erick se convirtió en el huracán “E” más temprano en la historia del Pacífico oriental, según registros del Centro Nacional de Huracanes (NHC) desde 1960. Además, el organismo confirmó que la temperatura superficial del mar superó los 30°C, récord histórico para un mes de junio. Estas condiciones facilitaron que el sistema tropical duplicara su fuerza en menos de 24 horas, una señal preocupante de que los huracanes más destructivos podrían volverse más frecuentes y sorpresivos.
“Lo que estamos observando no es normal. La velocidad con la que Erick pasó de tormenta a huracán mayor es resultado directo del calentamiento del océano”, señaló en entrevista la climatóloga Marina Gutiérrez, del Instituto de Ciencias Atmosféricas de la UNAM.
Mientras tanto, el impacto en tierra ya se deja sentir. Las comunidades cercanas a Pinotepa Nacional y zonas costeras de Oaxaca y Guerrero enfrentan inundaciones, desbordamientos y cortes eléctricos. El Gobierno federal, junto con Protección Civil y las fuerzas armadas, activó más de 580 refugios temporales, suspendió clases y restringió la movilidad en varios municipios.
Olas de hasta 10 metros golpearon el litoral desde Puerto Ángel hasta Acapulco, mientras las lluvias podrían dejar acumulaciones de hasta 40 cm en zonas montañosas, elevando el riesgo de deslaves.
El huracán Erick comenzó a debilitarse tras tocar tierra, pero su legado puede ser duradero: daños materiales, desplazamiento de personas y, sobre todo, un nuevo precedente en la era climática de México.
“Esto debería marcar un antes y un después en cómo nos preparamos para la temporada de huracanes. El riesgo ya no es sólo de impacto costero, sino de fenómenos extremos acelerados por el calentamiento global”, advirtió la especialista.
Las autoridades mantienen el estado de alerta máxima y hacen un llamado a la población a mantenerse informada a través de fuentes oficiales
