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Sindicato en ruinas: la traición a los petroleros de Campeche

Sindicato en ruinas: la traición a los petroleros de Campeche

Sindicato en ruinas: la traición a los petroleros de Campeche
  • Negligencia sindical ante las denuncias por los alimentos echados a perder que dan a los trabajadores plataformeros; ignoran protestas y enfermedades gastrointestinales.

  • La corrupción que impera en la Sección 47 con los contratos a empresas que proveen las comidas en plataformas provocarían mortandad de trabajadores.

  • Trabajadores piden la intervención de la Cofepris y que investiguen a responsables de esta pudrición y corrupción con los alimentos.

La crisis que atraviesan los trabajadores petroleros en las plataformas de Campeche deja al descubierto una trama de abandono sindical, complicidad empresarial y negligencia institucional que golpea al corazón energético del país.

Los obreros denuncian comida en mal estado, instalaciones deterioradas y una indiferencia que se extiende desde las oficinas de Petróleos Mexicanos hasta la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). Lo que debería ser un bastión de protección laboral se ha convertido en una maquinaria de encubrimiento encabezada, en el plano nacional, por Ricardo Aldana Prieto, y en Ciudad del Carmen por un personaje marcado por antecedentes penales, corrupción, excesos y fraude: Víctor Colunga.

La podredumbre en los comedores offshore

Las denuncias comenzaron con fotografías que circularon entre trabajadores del Centro de Proceso Litoral-A, adscrito a la Sección 47 del STPRM. En ellas se observan baños inutilizables, colchones en ruinas y mingitorios arrancados de las paredes.

Sin embargo, lo que encendió la indignación fue la alimentación: latas caducas, productos en mal estado y raciones que atentaban contra la salud de quienes trabajan en condiciones extremas en altamar.

Ante la ausencia de respuesta, los trabajadores organizaron protestas pacíficas que consistieron en negarse a usar los comedores y sobrevivir con víveres básicos que ellos mismos subieron: atún enlatado, sopas instantáneas, pan y queso.

La protesta se ha replicado en varias plataformas desde febrero de 2025, incluyendo Pol-A del complejo Pol-Chuc, Nohoch-A en Cantarell y Abkatún, donde la precariedad se repite como un guion aprendido.

Trabajadores petroleros denuncian mala calidad en los alimentos de las plataformas de Campeche

Mientras los trabajadores petroleros a bordo de la plataforma Litoral A levantaron su huelga de hambre tras el compromiso de las autoridades de analizar las condiciones sanitarias y de calidad de los productos que les suministran para alimentos, obreros de otras instalaciones denunciaron que se presentan las mismas condiciones, con el argumento del impago de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la Sonda de Campeche.

Los trabajadores —que solicitaron el anonimato por temor a las represalias— señalaron que derivado de esta situación, los problemas de salud gastrointestinales han aumentado en las instalaciones costa afuera, lo que indica que se está poniendo en riesgo la integridad del personal.

“En esta ocasión correspondió a la empresa Veggies de México, sin embargo, de la misma manera hemos notado que en los servicios que brinda la empresa Protexa, se presentan los mismos problemas de mala calidad de los insumos y muchos de ellos llegan en avanzado estado de descomposición, teniendo en común que el abastecedor es la compañía Comercializadora Rivera, la cual pese a los antecedentes de sanciones, se le permite seguir poniendo en riesgo la integridad de los trabajadores”, señaló un trabajador.

Sostuvieron que aun cuando las empresas proveedoras aseguran que deben reducir sus costos, por el impago de Pemex, la realidad es que al facturar lo hacen por el mismo valor, por lo que no se justifican las afectaciones que hacen a la salud de los obreros.

“Estamos pidiendo a la Cofepris que lleve a cabo la investigación de estos casos, ya que los cuadros de enfermedades diarreicas van en aumento, sin que las autoridades locales del ramo hagan nada por ello”.

Puntualizaron que no basta con sancionar a los proveedores, sino que se deben prohibir que se permita suministrar alimentos a quienes tienen antecedentes probados de irregularidades en la calidad de sus productos.

“Estamos analizando la posibilidad de llegar a una protesta integral en todas las plataformas, para presionar a que las autoridades apliquen la legislación vigente y atiendan nuestros reclamos”.

Empresas favorecidas, obreros olvidados

En el centro de la controversia aparecen nombres de proveedores de alimentos. Entre ellos se menciona a Empresas Elizondo García, con más de cuatro décadas de experiencia en catering offshore, y a corporativos como Grupo Richaud Hermanos y Grupo Penta, que han sido señalados como abastecedores.

También figuran compañías pesqueras y acuícolas de la región como Congeladora y Empacadora Márquez, Cooperativa El Gavilán, Acuacultores del Siglo XXI y Camarenera Saabra.

Las quejas de los obreros apuntan a que estas empresas han entregado víveres en mal estado, con la aparente complacencia de la administración de Pemex y, sobre todo, del sindicato.

En lugar de defender a los trabajadores, los dirigentes parecen haber cerrado filas con los proveedores. La acusación es directa: la Sección 47 guarda silencio porque ha sido cooptada y no solo eso, los recursos se van en lujos de su “líder” y eventos ostentosos.

El silencio de los líderes sindicales

La responsabilidad sindical recae en Ricardo Aldana, secretario general del STPRM desde 2022, figura de larga trayectoria priista y señalado por su vínculo con el Pemexgate, escándalo de financiamiento ilegal al PRI en el año 2000.

Su nombre se ha convertido en sinónimo de continuidad de un modelo sindical corporativo que protege intereses empresariales y políticos antes que los derechos laborales.

En Ciudad del Carmen, la representación local se encuentra bajo la sombra de Víctor Colunga, exconvicto acusado de fraude y robo. Su liderazgo ha sido descrito por los mismos trabajadores como un “cobijo de la corrupción”.

Mientras los obreros exigen dignidad, Colunga prefiere guardar silencio y sostener relaciones con empresas beneficiadas.

La legitimidad de su posición sindical es cuestionada por la base, pero Pemex y la dirigencia nacional lo sostienen, reforzando la sensación de que todo el aparato sindical opera como un engranaje de complicidad.

Antecedentes de una decadencia prolongada

El malestar actual no es aislado. Desde hace más de dos décadas, los petroleros de Campeche han documentado abusos.

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En 2003, tras el Pemexgate, hubo promesas de democratización sindical que nunca se cumplieron. Durante los gobiernos panistas y priistas, los contratos de alimentación y transporte offshore se entregaron como botín político.

La llegada de la llamada Cuarta Transformación no modificó esta dinámica; los mismos grupos mantienen el control.

En febrero y marzo de 2025, múltiples plataformas en Pol-Chuc y Cantarell fueron escenario de protestas similares por alimentación deficiente y condiciones indignas. Cada episodio fue minimizado por la empresa y neutralizado por el sindicato, consolidando un patrón de impunidad.

El corazón energético bajo presión

Campeche concentra gran parte de la producción petrolera del país. De sus aguas provienen millones de barriles que sostienen el presupuesto nacional.

Sin embargo, quienes hacen posible esa extracción viven en condiciones cada vez más precarias.

La alimentación deficiente afecta directamente la salud, la moral y la productividad de los trabajadores, lo que a mediano plazo compromete la operación de los complejos petroleros.

La contradicción es brutal: mientras Pemex presume inversiones multimillonarias, los obreros de plataformas dependen de latas de atún y sopas instantáneas para sobrevivir.

El contraste entre la riqueza que generan y la miseria que enfrentan es el símbolo más crudo del fracaso sindical.

Denuncias, protestas: la causa es la corrupción

La situación de los trabajadores plataformeros en la Sonda de Campeche es alarmante. Según informes, están recibiendo comida en mal estado, lo que ha provocado enfermedades gastrointestinales y otros problemas de salud.

  • Más de 200 trabajadores petroleros de la plataforma Pol-A del complejo Pol Chuc iniciaron una huelga de hambre durante 48 horas para exigir alimentos de buena calidad.
  • Los trabajadores sindicalizados denunciaron que la comida proporcionada por las empresas contratistas de Pemex es de mala calidad y se encuentra en estado de descomposición.
  • Aseguran que casi a diario, un compañero se enferma del estómago o presenta cuadros diarreicos debido al mal estado de los alimentos.

Causas del problema

  • La corrupción y la falta de supervisión en la contratación de empresas proveedoras de alimentos.
  • Pemex no paga a tiempo a las empresas contratistas, lo que les impide proporcionar alimentos de buena calidad.
  • Los contratos se otorgan a las empresas que ofrecen el precio más bajo, sin considerar la calidad del servicio.

Consecuencias

  • Los trabajadores están expuestos a enfermedades gastrointestinales y otros problemas de salud.
  • La situación ha generado malestar y protestas entre los trabajadores, quienes exigen mejoras en la calidad de los alimentos y atención a sus demandas.

Exigencias de los trabajadores

  • Alimentos de buena calidad y en cantidad suficiente.
  • Mejora en las condiciones de trabajo y atención a sus demandas.
  • Investigación y sanción a las empresas proveedoras de alimentos que incumplan con los contratos.

El sindicato ignora las denuncias de trabajadores plataformeros sobre comida echada a perder que les está enfermando.

Los trabajadores de la plataforma Pol-A de Pemex en Campeche iniciaron una huelga de hambre para exigir alimentos de calidad, ya que la comida que reciben es insuficiente y está en mal estado.

Denuncian que solo les entregan huevo, arroz, frijol y tortillas mal preparadas, lo que ha provocado enfermedades gastrointestinales.

Los síntomas pueden incluir diarrea, fiebre, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, con el temor de complicaciones mayores.


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