Diversas familias reciben a las ánimas de sus seres queridos que dejaron el mundo de los vivos; existe la creencia y tradición ancestral, que el 01 de noviembre es Día de Todos los Santos, dedicado a los niños difuntos y el día 02 de noviembre a los difuntos mayores, se cree que en esos días los difuntos regresan a visitar a sus seres queridos. Para el día 01 de noviembre se ponen ofrendas y altares a los angelitos que han dejado el mundo de los vivos. En el altar, se colocan las fotografías de los seres queridos fallecidos, alimentos, bebidas, y el papel picado no sólo le da color a la ofrenda, sino que representa el aire, uno de los cuatro elementos que debe estar presente en cualquier ofrenda.

Rita Margarita Espinosa, quien año con año celebra la llegada de las ánimas de sus seres queridos que se adelantaron al otro mundo, señala que a partir del 31 de octubre inicia con rezos para darle la bienvenida a sus seres queridos que dejaron este mundo de los vivos.

Expresó que la creencia es, que desde el 28 de octubre hay almas que bajan a estar en este plano; ese día se ofrenda a los fallecidos de manera trágica, por violencia o accidentes; el 30 y 31 son días dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados, mientras que el 01 de noviembre, es para Todos los Santos.

En los altares se colocan elementos que muestran la mezcla de creencias

“En las ofrendas, colocamos ciertos elementos que muestran esta mezcla de creencias, así como el amor que cada familia refleja en los arreglos de cada altar; en el cual pueden faltar, veladoras y cirios, es la luz que guía y da paz y esperanza a las almas; el incienso, es el aroma que purifica el ambiente; el agua, calma la sed de nuestros difuntos; la sal, se coloca para que el espíritu que llega de visita no se pierda ni se corrompa durante su estancia en el mundo de los vivos; la flor de cempasúchil, se cree que su aroma y color ayudan a las almas a llegar hasta su ofrenda; el pan de muerto, por su forma representa el ciclo de la vida y la muerte”, añadió.

Mencionó que además de los alimentos preferidos de los difuntos, hay frutas tradicionales que se colocan en la ofrenda, como, mandarina, caña, guayaba, naranja dulce, jícama, dulces de calaveritas y chocolate.

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