¿Un árbol que electrocuta? El Choibá, el árbol que usa rayos para sobrevivir


La naturaleza es algo realmente increíble y aquí en La Chispa hablaremos de un árbol que electrocuta a sus vecinos para sobrevivir. Este fenómeno, aunque parece salido de una película de ciencia ficción, es real y tiene que ver con un árbol fascinante: el Choibá (Dipteryx oleifera). A lo largo de su evolución, este árbol ha desarrollado una forma de aprovechar la energía de los rayos para eliminar a los competidores y parásitos que amenazan su existencia.
El Choibá: el árbol resistente a los rayos
¿Un árbol que electrocuta? El Choibá es el protagonista de este fenómeno increíble. Este árbol, también conocido como almendro o haba tonka, es originario de las selvas de Panamá, Nicaragua y Colombia, creciendo en los bosques húmedos tropicales a menos de 1000 metros sobre el nivel del mar. A lo largo del tiempo, el Choibá ha desarrollado un mecanismo único: utiliza la energía de los rayos para fortalecer su supervivencia.
La investigación detrás del fenómeno
Los investigadores estudiaron 93 árboles alcanzados por rayos en el Monumento Natural de Barro Colorado, en Panamá. Utilizando un sistema de detección sofisticado, los resultados sorprendieron a todos. Mientras que el 64% de los árboles de otras especies no sobrevivieron al impacto de los rayos, los nueve ejemplares de Dipteryx oleifera monitoreados sobrevivieron con daños mínimos.
Este fenómeno es un ejemplo claro de cómo la naturaleza encuentra formas innovadoras de adaptarse y sobrevivir. ¿Un árbol que electrocuta? es una pregunta que nos deja perplejos, pero la respuesta es más asombrosa de lo que imaginamos.
La estructura única del Choibá
Una de las claves para entender este fenómeno podría radicar en la estructura física del árbol. Los estudios sugieren que el Choibá tiene una alta conductividad interna, lo que le permite recibir la energía de los rayos sin acumular calor perjudicial, similar a cómo un cable bien aislado transfiere electricidad sin dañarse.
Este mecanismo le permite al Choibá no solo sobrevivir a los rayos, sino también utilizar esta energía para eliminar competidores y parásitos de su entorno, lo que le da una ventaja en la lucha por la supervivencia en el ecosistema.