Rusia inicia la producción de misiles en un momento crítico contra Ucrania


La Chispa trae una noticia clave para entender el panorama geopolítico actual: Rusia inicia la producción de misiles hipersónicos denominados Oreshnik, con planes de desplegarlos antes de que termine 2025. El anuncio fue realizado por el presidente Vladimir Putin en una visita oficial a la isla de Valaam, acompañado del líder bielorruso Alexander Lukashenko.
El mandatario ruso aseguró que los misiles ya tienen zonas de despliegue definidas en Bielorrusia, un país aliado estratégico para Moscú. Esta decisión marca un nuevo capítulo en la carrera armamentista del siglo XXI, especialmente tras la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones con la OTAN.
Rusia inicia la producción de misiles con capacidad hipersónica
Los misiles Oreshnik, que ya fueron probados en noviembre pasado contra una fábrica de misiles en Dnipro, Ucrania, alcanzan velocidades de hasta Mach 10 y son prácticamente imposibles de interceptar. Pueden portar ojivas nucleares o convencionales y, según las autoridades militares rusas, tienen un alcance suficiente para cubrir toda Europa.

Putin ha comparado su capacidad de destrucción con la de un ataque nuclear. Este nuevo armamento se perfila como un elemento clave para el equilibrio estratégico de la región, especialmente luego de que Rusia levanta moratoria a misiles. Eliminando así cualquier restricción formal a su desarrollo armamentista.
Oreshnik: El arma que podría cambiar el equilibrio global
El misil hipersónico Oreshnik destaca no solo por su potencia sino por su adaptabilidad. Puede ser utilizado tanto en ofensivas convencionales como en escenarios nucleares. Este tipo de misiles estaban prohibidos por acuerdos internacionales, como el Tratado INF (Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio), del que tanto Estados Unidos como Rusia se retiraron en 2019.
Los misiles de alcance intermedio cubren distancias de entre 500 y 5.500 kilómetros, haciendo vulnerable a casi toda Europa. Este movimiento estratégico por parte de Moscú parece ser una respuesta directa al apoyo militar que Occidente le brinda a Ucrania, particularmente al permitirle usar misiles de largo alcance dentro del territorio ruso.
Bielorrusia, pieza clave en la estrategia de Moscú
En una jugada que refuerza su alianza, Putin y Lukashenko firmaron un tratado de seguridad en otoño pasado. Este acuerdo incluye la posibilidad de usar armas nucleares rusas desde territorio bielorruso, lo cual podría tener consecuencias importantes si se incrementan las tensiones bélicas.
La decisión de que Rusia inicia la producción de misiles justo cuando la OTAN intensifica su presencia en Europa del Este parece ser un mensaje claro: el equilibrio de poder está cambiando y Rusia quiere marcar su territorio, literal y figurativamente.