Menor implicado en atentado contra Miguel Uribe narra cómo se fraguó el plan


El menor implicado en el atentado contra Miguel Uribe Turbay, senador del Centro Democrático y precandidato presidencial en Colombia, ha sorprendido al país con una declaración que pone en jaque a una red criminal. La narración ha sacudido la opinión pública y movilizado a las autoridades judiciales y políticas del país. El testimonio del joven, capturado el 7 de junio, ha permitido identificar a otros actores claves del ataque armado contra Miguel Uribe.
Este impactante relato no solo reveló cómo se planeó el atentado contra Miguel Uribe Turbay, sino que también expuso que el menor fue traicionado por quienes lo reclutaron, pues nunca pensaban dejarlo con vida.
¿Quién es el menor implicado en el atentado contra Miguel Uribe?
El joven, cuyo nombre se reserva por razones legales, fue aprehendido tras ser herido durante su huida. Mientras se recuperaba en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), brindó dos testimonios clave ante la Fiscalía. En ellos, narró con precisión cómo fue reclutado y reveló los nombres y apodos de los cabecillas del atentado, incluyendo a “el patrón del barrio y el jefe de la olla”.
Su declaración, sustentada por material gráfico y registros de cámaras de seguridad, ha servido para validar hipótesis que la Fiscalía manejaba desde los primeros días del ataque.
El plan oculto: ¿una ejecución disfrazada de misión?
El menor confesó que fue citado el mismo día del crimen. A través de una aplicación de transporte fue llevado hasta el lugar de los hechos, donde recibió un arma Glock 9 mm y la orden directa de atacar al líder político.
Sus palabras fueron claras y estremecedoras: “A mí me iban a matar en esa vuelta”, afirmando que el supuesto pago de 20 millones nunca existió. Según su versión, fue simplemente un señuelo. Este dato, que ha sido confirmado por su no pago y el intento de ejecución posterior, genera un giro inesperado en la investigación.
Otros criminales identificados gracias al menor implicado en atentado contra Miguel Uribe
Los datos revelados por el menor implicado en el atentado contra Miguel Uribe permitieron identificar a otros miembros de la organización. Entre ellos se destacan alias “el Costeño”, su pareja sentimental y el conductor del vehículo usado para movilizar al atacante. Estos nombres ya forman parte de los procesos judiciales adelantados por la Fiscalía.
Además, el joven narró cómo esperó instrucciones durante cuatro horas previas al atentado. Usó plataformas de pago móvil para transacciones menores y recibió indicaciones precisas sobre cómo actuar al momento de ejecutar el crimen.
Protección al testigo: un dilema ético y legal
La fiscal general, Luz Adriana Camargo, confirmó que el menor y su familia fueron ingresados al programa de protección de testigos. Incluso se analiza un posible cambio de identidad y reubicación geográfica. Esta medida ha generado un debate nacional, especialmente por las palabras del presidente Petro:
“He ordenado que se le cuide al máximo, porque fue capturado relativamente bien, pero durante la captura fue golpeado violentamente por civiles y llegó a UCI”.
Del ICBF a la delincuencia: los antecedentes del menor implicado en atentado contra Miguel Uribe
Más allá del crimen, el relato del menor muestra una historia socialmente devastadora. Perdió a su madre en la infancia y su padre, hoy en Polonia, arrastra antecedentes de violencia intrafamiliar. Su abuela fue su único sostén y actualmente también recibe protección especial.
El joven ingresó y salió múltiples veces de programas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), sin obtener una intervención efectiva. Su caída en el mundo del crimen fue paulatina, marcada por la adicción y la necesidad.
El caso del menor implicado en el atentado contra Miguel Uribe no solo muestra la crudeza del crimen organizado en Colombia, sino también la fragilidad de los menores en situación de vulnerabilidad. Su confesión ha desencadenado nuevas órdenes de captura y ha dejado preguntas clave sobre cómo prevenir que jóvenes como él sean utilizados como herramientas por redes delictivas.