Las lágrimas femeninas reducen la agresividad masculina en 40%

Los científicos siempre andan realizando descubrimientos realmente raros y fascinantes. Hace poco se dio a conocer la noticia de que un grupo de expertos lograron “conversar” con una ballena durante 20 minutos, usando su propio idioma de cantos. Ahora se acaba de hacer público una investigación sobre la comunicación química que tienen los humanos entre sí. Pues un reciente estudio demostró que las lágrimas femeninas reducen drásticamente la agresividad masculina.
Esté descubrimiento crea muchas nuevas dudas sobre la química humana. Al mismo tiempo hace que los expertos se replanten la verdadera función de las lágrimas.
Las lágrimas femeninas reducen la agresividad.
El estudio fue realizado por un grupo de expertos del Instituto Weizmann de Ciencias, en Israel. La científica que lidero está investigación es Shani Agron. Estos investigadores se basaron en trabajos previos que demostraron que las lágrimas de los ratones hembra disminuían la hostilidad de los machos. Agron y su equipo se preguntaron si esto igual podía ocurrir en los humanos y empezaron a investigar.
Descubrieron que efectivamente igual pasaba en nuestra especie. Esto se debe a que en las lágrimas femeninas se encuentra un coctel químico-hormonal. Cuando el hombre percibe inconscientemente está combinación su cerebro disminuye la actividad de las zonas que provocan la hostilidad y agresión. Se llevaron varias pruebas donde se colocaron a un hombre y una mujer juntos, se buscó enojar al hombre de diversas formas y una vez conseguido esto, los científicos liberaron “el olor” de las lágrimas sin avisar al sujeto de estudio.
Los resultados fueron asombros pues se registró que en cada uno de los casos la agresión de los hombres disminuyó un 40%. Está medición se hizo pues los expertos monitoreaban la conducta, así como la actividad eléctrica del cerebro. Ambos son datos muy fáciles de leer y poder apreciar el mínimo cambio. Investigadores aclaran que para que las lágrimas tengan este efecto “sedante” deben ser emocionales y sinceras, pues igual hicieron las prueba con lágrimas de dolor y las famosas “lágrimas falsas o de cocodrilo” y no se obtuvieron resultados.
Está investigación abre muchas puertas para la bio-comunicación, pero también generó muchas nuevas dudas