Gobierno de Estados Unidos amenaza a Harvard con bloquear admisiones internacionales


El Gobierno de Estados Unidos amenaza a Harvard con tomar medidas extremas si la universidad no entrega expedientes relacionados con estudiantes extranjeros. Esta acción sin precedentes ha generado una ola de críticas y tensiones en el ámbito académico y político internacional.
¿Por qué el Gobierno de Estados Unidos amenaza a Harvard?
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, advirtió que Harvard podría perder su capacidad de admitir estudiantes internacionales si no entrega registros sobre “actividades ilegales y violentas” de estudiantes extranjeros.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) emitió un comunicado señalando que Harvard tiene hasta el 30 de abril de 2025 para cumplir con esta exigencia o enfrentará la pérdida inmediata de la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP). Dicha certificación permite emitir formularios de visa para estudiantes internacionales.
Actualmente, el 27,2 % de la matrícula de Harvard corresponde a estudiantes internacionales. La cancelación de esta certificación tendría un impacto devastador en la universidad y su reputación global.
Gobierno de Estados Unidos amenaza a Harvard: consecuencias académicas y políticas
Además de la amenaza sobre las visas, el DHS canceló dos subvenciones federales por 2,7 millones de dólares. Harvard respondió reafirmando su compromiso con los derechos constitucionales y su independencia institucional.
“Seguiremos cumpliendo la ley y esperamos que la administración haga lo mismo”, afirmó un portavoz.
La carta enviada por el DHS también acusa a la universidad de fomentar un ambiente hostil para estudiantes judíos. Harvard aún no ha cedido ante estas presiones, lo que ha provocado una escalada en el conflicto.
Este conflicto no se da en un vacío. La administración de Trump ya había congelado más de 2 mil millones de dólares en subvenciones a Harvard por negarse a implementar cambios clave exigidos a universidades de élite. Entre estos se incluían:
- Eliminar programas de diversidad, equidad e inclusión.
- Prohibir el uso de mascarillas en protestas.
- Reformar la contratación y admisión por méritos.
- Reducir el poder de administradores y profesores.
En ese contexto, no sorprende que el presidente Donald Trump arremeta contra Harvard.
La postura de Harvard ha sido firme: no renunciar a su autonomía académica ni a los valores fundamentales de libertad de expresión y diversidad. Harvard se opone a las nuevas políticas universitarias que, según sus autoridades, buscan silenciar la disidencia y centralizar el poder político en las decisiones educativas.
Además, la administración ha comenzado a revocar visas a estudiantes y profesores, con algunos casos relacionados con presunto apoyo a organizaciones terroristas y otros por infracciones menores de años anteriores.
Impacto en la política internacional y la educación global
El hecho de que el Gobierno de Estados Unidos amenaza a Harvard no solo tiene implicaciones nacionales, sino también internacionales. Países como India, China, Alemania y Brasil han expresado preocupación por el trato a sus ciudadanos en suelo estadounidense, especialmente en entornos académicos que antes se consideraban seguros y neutrales.
¿Puede esto afectar otras universidades?
Sí. La medida contra Harvard sienta un precedente peligroso para otras instituciones. Universidades como Yale, Stanford y MIT también están siendo presionadas para “cooperar” con la administración federal. La comunidad académica teme que esta situación marque un antes y un después en la autonomía universitaria en EE.UU.