Explosivo en iglesia de Siria, ningún lugar es seguro en el creciente conflicto


La Chispa trae una trágica noticia que está dando la vuelta al mundo: la violencia en el Medio Oriente ha llegado incluso a los templos de fe. Un explosivo en iglesia de Siria cobró la vida de al menos 22 personas y dejó a más de 63 heridas. La brutalidad se vivió el domingo 22 de junio, cuando un atacante suicida abrió fuego dentro de una iglesia ortodoxa y luego detonó su chaleco explosivo. El hecho ocurrió durante una ceremonia religiosa, sumiendo a la comunidad en el pánico y el dolor.
Ataque en iglesia Mar Elías: epicentro del horror
El atentado tuvo lugar en Mar Elías, una iglesia ortodoxa griega ubicada en Dweil’a, en las afueras de Damasco, Siria. La cadena estatal SANA confirmó que el número de víctimas asciende a 22 fallecidos y al menos 63 heridos, muchos de ellos en estado crítico.
Además, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos con sede en el Reino Unido, también reportó el hecho, indicando que entre las víctimas podría haber menores de edad. Si bien los números varían según la fuente, todas coinciden en la gravedad del ataque.
Explosivo en iglesia de Siria: ¿Quién está detrás del atentado?
Hasta el momento, ningún grupo terrorista ha reivindicado el ataque. Sin embargo, Noureddine Al Baba, portavoz del Ministerio del Interior sirio, aseguró que las investigaciones preliminares apuntan al grupo extremista Estado Islámico. Este tipo de atentados reflejan la inseguridad creciente en la región y el uso de lugares sagrados como blanco para sembrar terror.
Este atentado revive los peores episodios del conflicto sirio y refleja cómo la violencia no discrimina ni siquiera los espacios de oración. En un contexto donde la seguridad en templos religiosos está en duda, los gobiernos internacionales condenan enérgicamente estos actos y piden justicia para las víctimas.
Impacto internacional y reacciones globales
La comunidad internacional ha comenzado a emitir comunicados de condena. Organizaciones defensoras de los derechos humanos califican el hecho como una masacre contra civiles inocentes y piden apoyo humanitario urgente.
Mientras tanto, las familias de las víctimas enfrentan una dura realidad: la violencia sigue latente, y en muchos casos, como este, llega sin previo aviso. La cifra de fallecidos podría aumentar debido al estado crítico de muchos heridos.