Dueño de ‘Trump Burger’, seguidor de Trump, es arrestado por ICE y podría ser deportado

El dueño de ‘Trump Burger’ está en el centro de una historia que mezcla negocios, ideología y un posible final dramático. Lo que comenzó como un homenaje culinario a Donald Trump ha terminado en un proceso legal que podría cambiar el rumbo de su vida y su empresa.
El arresto del dueño de ‘Trump Burger’ y el proceso de deportación
Uno de los propietarios de la cadena de hamburguesas ‘Trump Burger’, en honor al expresidente, fue arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tras permanecer en Estados Unidos más allá de la fecha límite de su visa. Roland Beainy, de origen libanés y 28 años, llegó en 2019 y debía abandonar el país el 12 de febrero de 2024.
El nacimiento de un imperio hamburguesero con sabor político
En 2020, junto a otros socios, Beainy inauguró la primera Trump Burger en Bellville, Texas. A pesar de no ser ciudadano ni residente permanente, la ley estatal le permitió abrir su negocio. El concepto no tardó en expandirse: Bay City, Flatonia y Houston se sumaron a la lista de ciudades con estos restaurantes, conocidos por su ambientación patriótica y su exaltación al líder republicano.
Menú patriótico y marketing provocador
Los locales ofrecen hamburguesas con nombres y detalles que rinden homenaje —o hacen sátira— a figuras políticas. Entre los platillos más populares está la ‘Trump Tower’ y un sándwich de pollo inspirado en Melania Trump. Incluso hay una opción que ridiculiza al demócrata Joe Biden, con “tomate y panecillos viejos” a un precio premium de 50 dólares. El dueño de ‘Trump Burger’ y sus socios han sabido capitalizar la polarización política para viralizar su marca en redes sociales.
La batalla legal del dueño de ‘Trump Burger’
En 2021, Beainy intentó regularizar su estatus alegando un matrimonio con una ciudadana estadounidense. Las autoridades no encontraron pruebas y el caso quedó sin resolución. El 16 de mayo de 2025, ICE lo detuvo y comenzó el proceso migratorio. El 13 de junio, un juez le concedió fianza, pero deberá presentarse a su audiencia el 18 de noviembre.
Las autoridades han declarado que, bajo la actual administración, nadie podrá permanecer ilegalmente sin importar sus vínculos empresariales o ideológicos.
Si Beainy pierde su apelación, podría ser deportado y sus restaurantes vendidos o administrados por terceros. No obstante, sus abogados buscan alternativas para que continúe al frente de su negocio. El resultado será un precedente para otros empresarios extranjeros en EE. UU.