Corte Suprema de EEUU desestima demanda de México contra fabricantes de armas
La Corte Suprema de EEUU desestima demanda de México en un fallo unánime que cierra uno de los juicios internacionales más polémicos en la historia reciente. La Chispa te explica paso a paso por qué este caso impacta tanto en las relaciones bilaterales como en la política internacional. El Gobierno de México intentó responsabilizar a los fabricantes de armas estadounidenses por la violencia generada por el tráfico ilegal, pero el tribunal dictaminó que la ley federal protege a dichas empresas.
Corte Suprema de EEUU desestima demanda de México: el fallo que marca un precedente
En una decisión sin disidencias, la Corte Suprema de EEUU desestima demanda de México, argumentando que los fabricantes de armas están amparados por la Protection of Lawful Commerce in Arms Act (PLCAA). Una legislación federal que protege a las compañías de ciertas responsabilidades legales cuando sus productos son usados ilegalmente por terceros.
La jueza Elena Kagan escribió en la opinión del tribunal:
“No se puede iniciar una acción contra un fabricante si, como en el caso de México, se basa en el uso delictivo del producto de la empresa por parte de un tercero.”
Este argumento fue decisivo para resolver el caso, que involucraba a algunas de las compañías más conocidas del rubro armamentista como Smith & Wesson, Beretta, Colt y Glock.
La demanda sin precedentes que buscaba hacer historia
La demanda fue presentada en 2021 y acusaba a los fabricantes de armas de permitir deliberadamente que sus productos terminaran en manos de traficantes, sabiendo su destino final: el crimen organizado en México. Según el Gobierno de México, el 70% de las armas incautadas en su territorio provienen de Estados Unidos.
Aunque el caso fue inicialmente desestimado por un juez federal, el Primer Circuito de Apelaciones de Boston permitió su avance en 2023, dando esperanzas de que el juicio marcara un antes y un después en la responsabilidad legal de las empresas armamentistas.
México exigía una indemnización de 10 mil millones de dólares
En la demanda, el Gobierno mexicano exigía no solo un cambio en las políticas comerciales de las empresas, sino también una indemnización por 10 mil millones de dólares. Esta cifra representaba el costo estimado de la violencia armada generada por el tráfico ilegal.
Corte Suprema de EEUU desestima demanda de México y cierra toda posibilidad de apelación
Con esta decisión definitiva, la Corte Suprema puso punto final a uno de los intentos más ambiciosos por parte de un país extranjero de llevar ante la justicia a fabricantes de armas estadounidenses. El caso tenía el potencial de establecer nuevas responsabilidades legales para la industria armamentista, pero ahora quedará como un intento fallido.
Las compañías celebraron la decisión asegurando que no existen fundamentos legales para culparlas por el uso indebido de sus productos por parte de terceros. Según sus portavoces, no se demostró un vínculo directo entre sus prácticas comerciales y la violencia en México.
Este fallo podría desalentar a otros gobiernos de presentar demandas similares, reafirmando la inmunidad legal de las industrias protegidas por leyes federales específicas. Además, plantea cuestionamientos sobre cómo los países pueden enfrentar el tráfico ilegal de armas sin cooperación internacional efectiva.
¿Qué sigue para el Gobierno de México tras el fallo de la Corte Suprema?
El Gobierno de México podría optar por alternativas diplomáticas o reforzar sus estrategias de control fronterizo. Aunque los caminos legales en Estados Unidos parecen estar agotados. La presión ahora recae en la necesidad de crear acuerdos bilaterales más eficaces para detener el flujo ilegal de armas.
Expertos sugieren que México podría impulsar nuevas negociaciones con el gobierno estadounidense para establecer mayores controles en la exportación y venta de armas, así como mecanismos de rastreo más rigurosos.
La resolución final con la que la Corte Suprema de EEUU desestima demanda de México deja claro que, bajo el actual marco legal, los fabricantes de armas en Estados Unidos gozan de fuertes protecciones. Sin embargo, también refuerza la urgencia de revisar las legislaciones nacionales e internacionales frente a los desafíos del tráfico de armas y la violencia global.
