“Canadá no está en venta”: Mark Carney le planta cara a Trump en histórica reunión


En un reciente encuentro entre Donald Trump y Mark Carney, se dejó claro un mensaje que ya resuena entre los canadienses: “Canadá no está en venta”. La tensión diplomática creció cuando el presidente estadounidense sugirió una posible fusión entre ambos países, mientras el nuevo primer ministro canadiense respondió con contundencia.
“Canadá no está en venta”: marcó la reunión bilateral
Durante la rueda de prensa en la Casa Blanca, Mark Carney lanzó una respuesta directa e inequívoca: “No está en venta, no estará en venta, nunca”. Esta frase no solo dejó claro el posicionamiento de Canadá, sino que se volvió un estandarte en redes sociales y medios canadienses.
El presidente Trump, en su estilo habitual, respondió con ironía: “Nunca digas nunca”, dejando entrever su visión expansionista y su desprecio por los límites diplomáticos.
El T-MEC en la cuerda floja: ¿se avecina una nueva renegociación?
Trump afirmó que el T-MEC ha sido un acuerdo “transitorio” y útil para eliminar el antiguo Tratado Comercial de América del Norte “TLCAN”, al que calificó como “el peor acuerdo comercial en la historia del mundo”. Afirmó que el tratado actual podría ser renegociado o rescindido el próximo año, generando incertidumbre entre los socios comerciales.
El presidente estadounidense defendió la imposición de aranceles de hasta 25% sobre productos de acero y aluminio. Una medida que presiona a Canadá y México a seguir las condiciones estadounidenses dentro del marco del T-MEC. Trump sostiene que “la gente no lo ha seguido”, refiriéndose al compromiso de los países firmantes con el tratado.
La firme postura canadiense: soberanía ante todo
Mark Carney reafirmó que cualquier revisión del T-MEC debe servir como base para una negociación más amplia, pero con una condición clara: la soberanía canadiense no está en discusión. “Canadá no está en venta” fue más que una frase; fue una declaración de principios ante una sugerencia que parecía invitar a la anexión disfrazada.
Mientras Trump hablaba de una posible unión entre Estados Unidos y Canadá como algo “maravilloso”, Carney fue enfático al rechazar cualquier insinuación. Su liderazgo representa una defensa del territorio, los intereses y la identidad de su país ante una figura con clara intención de dominio.
“Canadá no está en venta”: contexto geopolítico actual
La declaración del primer ministro canadiense se ha convertido en un símbolo de resistencia política y económica ante el poderío estadounidense. Es una expresión de autonomía, independencia y rechazo a la subordinación, en un mundo donde las relaciones bilaterales muchas veces se rigen por intereses económicos más que por principios democráticos.
El “Nunca digas nunca” por parte de Trump refuerza la narrativa de que la estabilidad continental podría depender de la capacidad de los líderes para resistir presiones indebidas. La respuesta de Carney no fue solo para Trump, sino para el mundo: Canadá sigue comprometido con su soberanía.
La tensión expuesta entre Trump y Carney podría marcar un nuevo capítulo en la historia del T-MEC y en las relaciones diplomáticas norteamericanas.