ORACIÓN: ¡Somos amigos de todos los que te honran!
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Padre Santísimo: En este singular despertar de la aurora, nos sentimos encantados y deseosos de honrarte obedeciéndote en todos tus preceptos.
Padre Santísimo: Elevamos nuestra alabanza, gritándole a la tierra: ¡Oh tierra, tierra, tierra! ¡Escucha la palabra de nuestro excelentísimo Padre Celestial!
Te ordena seas bendita, fecunda, exuberante y generosa para con nosotros, porque los hijos del Padre, hemos decidido vivir con toda dignidad y ordenamos que tus entrañas sean toda una fuente de riqueza y tus frutos sean de calidad insuperable.
Hemos escuchado tus mandatos divinos, Padre Santísimo, nos comprometemos a obedecerlos con toda diligencia, porque además de ser la expresión más bella de tu bondad, son la salvaguarda de nuestra integridad.
Siendo obedientes a ellos, tú, Padre Santísimo, harás que nosotros, tus hijos, seamos siempre cabeza y jamás seamos cola.
Siempre estaremos como autoridad y nunca como súbditos; siempre estaremos en la cima, siendo los protegidos por tus ángeles para demostrar a propios y a extraños, lo maravilloso de tu bendición.
En nosotros se cumple esta bendita promesa de ser el resto de nuestra existencia, quienes estemos sentados a la mesa, gozando de un banquete delicioso y de corte celestial, porque es tanto el amor que nos tienes, que aun desde esta tierra nos das la dicha de gozar un anticipo de la belleza y abundancia de tu gloria.
Los mismos enemigos se extrañan de tan alta distinción, pero nada pueden hacer contra nosotros, porque tú nos rodeas de todo un ejército celeste que les hace frente y nos convierte en intocables.
Padre Santísimo: vivir bajo tu mirada es hacer que nuestra lengua sea portadora de la vida y de la muerte.
¡Danos sabiduría, prudencia y mesura para que hablemos con precisión, con inteligencia, con certeza y jamás nos confabulemos con la falsedad!
¡Concédenos sabiduría para que nunca hablemos con imprecisiones y con malos entendidos! Anhelamos ser quienes honremos el poder y la elegancia de tu palabra, porque sabemos que nuestra misión es ser herlados de la Vverdad y de la vida.
Desde ahora, nos vemos en la imperiosa necesidad de vivir con humildad y con aplomo
Aprendiendo cada día a disfrutar de la abundancia y nunca inconformarnos en tiempos de escasez. En esta vida todo es aprendizaje: hay que saber tener y también a carecer, porque finalmente, para tus hijos, Padre Santísimo, sabemos que unidos a ti y a tu hijo amado, nada nos faltará, saldremos bien librados, aun de la debilidad sacamos fortaleza debido a que con Cristo, ¡Todo lo podemos, todo lo obtenemos, todo lo superamos, todo estará siempre a nuestro favor!
Padre Santísimo: ¡Gracias por habernos enviado a Cristo, tu hijo amado! Gracias a él, ahora, ya no vivimos nosotros, sino que él es quien vive en nuestro interior y nosotros en él.
¡Bendito seas, Padre maravilloso, por habernos distinguido para ser portadores de tu hijo amado y de tener en nuestros labios el poder de su palabra de vida! Amén. P. Cosme Andrade Sánchez+
