¿Está la moda anunciando la próxima crisis económica sin que lo notemos?


La Chispa analiza una teoría que cada vez gana más fuerza: la moda anticipa una recesión económica ¿Y si tu estilo actual fuera más que una tendencia y, en realidad, un reflejo silencioso de la inestabilidad financiera global?
¿Cómo la moda anticipa una recesión económica?
Cuando los colores vibrantes desaparecen y los cortes se vuelven más funcionales, muchos expertos y usuarios en internet creen que la moda está enviando señales. El auge del clean look, el business casual o el office siren core podría no ser solo una estética pasajera, sino un reflejo de que la moda anticipa una recesión económica.

Y es que, históricamente, la industria textil responde de manera directa a los contextos económicos. Durante periodos de bonanza, se promueve el lujo, mientras que en tiempos difíciles se opta por la sobriedad y la funcionalidad.
Cambios históricos en la moda durante crisis económicas
Los momentos de crisis han dejado huella en la forma de vestir. Desde la posguerra hasta la década de 1980, los ajustes económicos coincidieron con una estética más recatada. Siluetas más grandes, cortes estructurados y colores apagados fueron la norma.
El economista George Taylor propuso el Hemline Index, relacionando el largo de las faldas con la economía: entre más cortas, mayor bonanza; entre más largas, mayor crisis.

Aunque esta teoría ha sido criticada, no se puede negar que los patrones de consumo en moda se modifican cuando la economía tambalea.
La moda y su vínculo con la ideología política
Otro indicador indirecto de recesión económica es la apropiación ideológica del vestir. Ejemplo de ello es el look sobrio y minimalista asociado a figuras conservadoras como Melania Trump y las mujeres del gabinete de Donald Trump.
Este estilo transmite disciplina, orden y “buena administración”, conceptos que muchas veces se vinculan al discurso económico de derecha. En ese sentido, la moda anticipa una recesión económica también al aliarse con ciertos valores políticos predominantes.
Señales que indican una posible recesión según la moda
Dentro del mundo fashionista, hay prácticas que emergen como indicadores populares:
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Bolsos grandes y funcionales reemplazan los mini bags.
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Prendas cómodas y duraderas ganan terreno frente a diseños entallados.
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Predominan los tonos neutros: negro, blanco, gris y marrón.
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Aumenta el consumo de ropa de segunda mano.
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Se reutiliza la ropa ya existente en lugar de adquirir nueva.
Incluso el regreso de Lady Gaga al dance pop con Mayhem se ha interpretado como un guiño simbólico. Ya ocurrió en 2008 con Just Dance, cuando Estados Unidos enfrentaba una dura recesión. Un ejemplo de cómo cultura pop y economía caminan juntas.

México y su desconexión con las tendencias globales: Una economía que limita el acceso a la moda
El sociólogo Gilles Lipovetsky apunta que la moda es un lenguaje estético que comunica placer y estatus. Sin embargo, esta premisa no aplica por igual en todos los países.
En México, las decisiones de vestimenta no responden directamente a tendencias globales o a la economía mundial, sino a la capacidad adquisitiva. Según datos de la ENIGH 2022, el gasto trimestral promedio en ropa y calzado es de apenas $1,900 MXN, lo que representa solo el 4.7% del gasto total.
¿Nunca se fueron los skinny jeans?
Cuando expertos globales anuncian el regreso de los skinny jeans, muchos mexicanos se preguntan: ¿acaso se fueron? Basta observar las calles para comprobar que no. Este fenómeno pone en evidencia la distancia entre las tendencias internacionales y la realidad nacional, donde el consumo de moda está condicionado por la economía doméstica más que por los caprichos del mercado global.
Reflexión final: ¿Podemos leer la economía en la ropa?
Si bien no existe consenso absoluto, es evidente que la moda refleja algo más que gustos: puede ser un espejo de la situación económica. La simplificación de los estilos, el auge de la practicidad y el retorno de estéticas austeras indican que, quizás, la moda anticipa una recesión económica más de lo que creemos.