Un terremoto que une a Turquía y Siria
Una vez más la naturaleza muestra el poder sobrehumano que puede soltar en cualquier momento y sin previo aviso. El terremoto en Turquía y Siria -con más de 26 mil muertos y decenas de miles de heridos, al cierre de esta edición, apenas cuatro días después del suceso- nos recuerda la vulnerabilidad de la raza humana, como sociedad y como género biológico.
Por más que estos fenómenos se han repetido a lo largo de la historia, los errores humanos están presentes. Los miles de muertos y desaparecidos, en Turquía y Siria, junto a los millones de damnificados, deben hacernos reflexionar sobre las amenazas latentes que pesan sobre la humanidad, para tomar previsiones.
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Aunque la solidaridad internacional siempre está presente, las fallas le restan efectividad. Estas tienen más que ver con la voluntad de la comunidad internacional para reaccionar con rapidez y estrategia para salvar vidas y tener los medios necesarios de maquinarias y equipos especiales.
La comunidad global dispone de instituciones y protocolos para reaccionar ante los eventos catastróficos. Sin embargo, en muchos casos han exhibido sus limitaciones y las áreas de oportunidad para mejorarse.
Hasta hoy la comunidad responde con donaciones, pero son voluntarias y quedan al criterio de quienes las otorgan; no pocas veces son tardías.
No sobra mencionar que este horrible terremoto tiene lugar en medio de una guerra internacional, que como efecto colateral ha desatado una nueva e inmoral carrera armamentista, con enormes gastos militares, ante la incapacidad de la ONU para encontrar vías de solución.
Para Siria, el terremoto llegó a complicar su delicada situación por la crisis humanitaria que atraviesa la nación, debido al prolongado bloqueo que le aplican las potencias occidentales. La falta de apoyos de la ONU y sobretodo de occidente es muy lamentable. Solamente un puñado de ocho países, de casi 200 que conforman las Naciones Unidas, le han enviado ayuda humanitaria al país más castigado de la tierra, por la superpotencia y sus aleados Europeos.
El llamado urgente a la humanidad y a la comunidad internacional entera, que levanten el bloqueo a la nación Siria, para permitir la llegada de alimentos, medicamentos y energéticos como mínimo para sobrevivir.
Ningún país está exento de catástrofes naturales. Hoy es el terremoto en Turquía y Siria. Otro día puede ser cualquier otro fenómeno desastroso.