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Último informe

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Aquellos informes, los viejos, tenían boato y contenían una larga exposición de lo hecho anexado a mensajes llenos de autoelogios y profundamente enraizados a la cultura política reverencial de cada sexenio de acuerdo a “El Estilo Personal de Gobernar” de Daniel Cosío Villegas quien supo retratar al presidencialismo como una fuente de jerarquías que se ganaban, siempre, con el favor superior.

El último informe de López IV fue el de un monarca en funciones con una relatoría mentirosa de lo construido y la explicación de los “otros datos” que se confrontan con la realidad. El boato se ha modificado tan sólo en cuanto a los escenarios -el Zócalo lleno de acarreados- pero sigue siendo un desfile de caravanas para exaltar la figura del mandante-mandatario. En realidad, poco, muy poco, han cambiado las formas salvo que el mensaje insistente, dictado a cada rato, se alarga y aletarga más que los precedentes en ausencia de estadísticas favorables insostenibles ante la visión de la realidad y no los entretelones palaciegos o campechanos.

López ha vivido en Palacio Nacional y hasta remodeló el recinto parlamentario de Juárez allí mismo rodeado de sus entonces “corcholatas”, Adán Augusto López Hernández -el tabasqueño emparentado-, Claudia Sheinbaum Pardo, quien asume que el empoderamiento femenino obliga a sumirse ante el poder presidencial, y Marcelo Ebrard Casaubón, el Canciller que cubre las bases, fuera y dentro del país, cuando el mandante así lo determina para salir lo menos posible -solo cinco giras en el período, cuatro de ellas a USA y dos a los países de Centroamérica y Cuba, además de la desairada por Sudamérica-, en permanente incongruencia consigo mismo.

Acaso lo más destacado de su labor sea, precisamente, su habilidad para mantener un pie en Washington, aunque no le caiga bien a Joe Biden, y otro mirando hacia el Foro de Sao Paulo alineándose con Cuba, Nicaragua, Venezuela, Colombia y Brasil. Es un desvarío serio porque no se observa ninguna posibilidad de coherencia y menos si, como parece, determina unilateralmente dejar al llamado T-Mec con un costo inicial de 8 millones de empleos que se perderían por ello. Una ganga prolongada con la guerra por el maíz transgénico que vamos perdiendo.

Y a eso sumamos los 14 millones y medio de mexicanos sin trabajo tendremos un espejo aproximado de la realidad nacional por mucho que use el maquillaje de la manipulación, como todos los autócratas, el mandante pelafustán de México.

En su último informe de gobierno -son tales los constitucionales, los demás han sido mensajes vanos-, el señor López no hablará de sus fracasos, muchos más que los pobres aciertos a los cuales no encuentro, tan contundentes y visibles que no pueden ser ocultados. Hagamos un breve repaso:

1.- La violencia se ha acrecentado a un ritmo pavoroso al grado de que ha sido secundada por la ridícula impunidad de los “abrazos y no balazos”. Miente al decir que tal estrategia, burda por no decir estúpida, ha tenido buenos resultados.

2.- Ha sido una falacia el combate contra la corrupción al defender a los suyos, sus familiares cercanos y sus colaboradores en quienes “confía”, y ampararlos bajo el cielo de los intocables, lo contrario a cuanto ofreció durante la apoteosis de su asunción a la Presidencia.

3.- Las obras emblemáticas de su régimen sólo producen carcajadas dentro y fuera del país por lo ineficaces e inútiles, a la altura de la venta-rifa y supuesto destino como salón de fiestas del avión que fue presidencial y ahora resume la demagogia feroz de la 4T… en Tayikistán, una pobre nación del lejano Este.

4.- La economía está tambaleante: aumenta la inflación, situada ya por encima del 8 por ciento, y el crecimiento es paupérrimo al seguir en el cero paralizante que augura tempestades sociales.

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5.- La persecución cotidiana a sus críticos -casi ochenta colegas asesinados desde diciembre de 2018-, sólo revela las condiciones fascistas del régimen más intolerante y represor de los últimos tiempos; cuando menos desde los lacerantes últimos años en el poder de Gustavo Díaz Ordaz -digamos desde 1968 hasta 2022, esto es cincuenta y cuatro años hacia el pasado-.

6.- Y para colmo, los libros de texto aleccionadores para sumarse al modelo lópezobradorista-marxista.
Nada positivo puede equilibrar los hechos irrefutables que nos colocan en un sitio muy inferior al que teníamos -muy malo- antes de su toma de posesión. Hoy le queda un mes en el poder y ya se esfumaron, en decadencia permanente, sesenta y nueve… y sigue hablando del pasado cuando el pretérito es él.

La Anécdota

El extinto Porfirio Muñoz Ledo, a quien castigaron al retrasar hasta el último día la entrega de su constancia como senador electo en el Distrito Federal, fue el primero, desde los tiempos de Plutarco Elías Calles, en atreverse a levantar la voz para impugnar, durante su sexto informe el primero de septiembre de 1988, a un presidente de la República, precisamente Miguel de la Madrid, condenado por la historia:
-Con todo respeto, señor presidente -esbozó Muñoz Ledo mientras el mandatario guardaba silencio y Miguel Montes, en calidad de presidente del Congreso, llamaba la atención al legislador-.

Tiempo después, en abril de 1989 y en su casa de Coyoacán, De la Madrid se confesó conmigo:
-Tenía dispuesto un saloncito en Palacio Nacional con cámaras y luces para recurrir a él en caso de que la oposición no me dejara hablar ante el Congreso y dirigir desde allá mi mensaje a la nación. Cuando llegó la tercera interrupción de Muñoz Ledo estuve a punto de retirarme… pero ellos –los del entonces Frente Democrático Nacional- se fueron primero.
Así se escribe la historia.


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