Trump el profeta de la derecha
Trump tiene en su discurso tres etapas, las primeras dos, muestra al cavernícola que lleva dentro la tercer, es más cautelosas y antes de hablar consulta a los que saben. Él no sabe nada de anda. Es una especie de botarga hidalguense gringa.
Estas tres etapas sin propias de todos los políticos que sean electos en las urnas. Algunas veces se confunden con promesas incumplidas de campaña y otros simplemente se diluyen con en tiempo y la práctica de gobierno.
Las campañas deben tener un discurso violento, se trata de un periodo de competencia feroz, de desgaste del contrincante, beligerancia pura; luego viene el periodo entre toma de posesión y la victoria electoral, mesurado pero violento, se tratad e una revaloración puente entre la agresión y la ejecución. Lugo la combinación de la palabra y la acción, y, a pesar de que le antecedieron un océano de verborrea, las acciones serán las que califiquen a Trump, y en el intento disminuirá considerablemente no sólo la beligerancia sino las demostraciones de poder.
Trump recibe un país prácticamente en guerra civil, los gobernadores de California e Illionois, le harán al panista fanático al rechazar toda propuesta del republicano, pero en realidad los problemas internos de Trump, que no son pocos, será lo de menos.
Con su socio político y financiero con un país en ruinas, en quiebra económica y con el 95 por ciento de la población en contra de todo partido político, desenmascarado como potencia de inteligencia, desacreditado como fuerza militar, endeudado en las finanzas, con una corrupción galopante, desprestigiado como líder de la comunicación. Israel tendrá que pedir, de rodillas a Trump un rescate millón ario tanto que tendrá que reducir el poyo armamentista a Ucrania para poder refundar el Estado de Israel en caso de persistir con la necedad de ocupar territorios que no le pertenecen.
La caída de Israel tiene consecuencias serias en lo económico, ante las guerrillas palestinas y los misiles de Irán, mostró ser un mito como muchos de los que cubren su historia reciente.
Por la oposición mexicana el único político que garantiza que cumplir sus promesas o amenazas de campaña es Donald Trump. La oposición en México y una parte de la clase media que todavía tiene como insumos de la realidad a los medios convencionales, considera a las amenazas de Trump como hechos consumados.
El temor que infunde Trump ante los ingenuos opositores es comercial, como si fuera el único país del mundo con el que pudiera mantenerse comercio intenso y con grandes beneficios. El mundo es muy grande, para su información tiene 195 países.
La oposición y ese segmento de la clase media ha sido incapaz de restarle un ápice a sus declaraciones y lo ven, como el próximo enemigo de la 4T para poder hacer a través de Trump lo que no pudieron realizar en las urnas.
Trump se caracterizó por no cumplir sus promesas de campaña, por dejar incluso un muro racista como antecedente, no hace lo que anuncia, ni piensa lo que dice ni sabe lo que hace. Lo ha demostrado.
A pesar de que su periodo presidencial es reciente la memoria de algunos mexicanos no les alcanza a evaluar el periodo presidencial de Trump, no se acuerdan o no quieren acordarse, lo que necesitan es un asidero de sus ideas que no las encuentran en México y quieren desgastar una política progresista con elementos extranjeros que se debilitan ante el crecimiento permanente de nuestro país en lo económico, en lo político, pero sobre todo en lo social. La fuerza de un país tiene en sus raíces una gran fortaleza, esa misma que mantiene fuera a muchos mexicanos trabajando arduamente para fortalecer a sus familias que continúan viviendo en nuestro territorio y se quedaron en su tierra.
Trump no entiende los cambios, añora el pasado, es un fanático de la guerra fría, suspira por lo que pasó, pero le teme l futuro, porque eso lo inventa como profecías, que nunca se cumplirán, aunque haya algunos mexicanos que dan por hecho consumado sus amenazas.
Trump no es precisamente un ser humano ejemplar; sin embargo, ante la carencia de líderes de la oposición, surge como un enemigo en la fantasía de la oposición, incluso de los conservadores que podrán darse cuenta de que perro que ladra no muerde. Y el contrapeso del actual gobierno debe salir del partido en el poder.