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Trucos de inteligencia social

Trucos de inteligencia social

 

Durante mucho tiempo había un “algo” asumido como carisma y se asumía como un don para algunos elegidos. Hoy sabemos algo sorprendente: todos poseemos carisma y las habilidades sociales para generar credibilidad inmediata en realidad son habilidades sociales que pueden aprenderse para “conectar” con los demás y lograr confianza, fidelidad y apoyo.

La historia es esta:

En la era exponencial, nadie imaginó que las habilidades blandas aumentarían su importancia y demanda en el mercado laboral. Tampoco se vaticinaba hace un quinquenio que serían cruciales para responder a las irrupciones, trabajar en equipo y catapultar el desempeño en organizaciones de todo tipo.

Hoy se habla incluso de un tipo de inteligencia vinculada estrechamente al carisma: la inteligencia social. Es la capacidad de entender y gestionar las relaciones interpersonales de manera efectiva.

Es más que la habilidad para interactuar adecuadamente con los demás, implica comprender las emociones, motivaciones y comportamientos de otros. Incluso adaptarse a diferentes contextos sociales.

Se trata de una “argamasa” de empatía, habilidad de comunicación, consciencia social o entendimiento de normas sociales, resolución de conflictos e influencia. Es la “madera” del carisma.

Tal inteligencia social logra mejores relaciones personales, optimiza el entorno laboral, abona al liderazgo y permite la adaptación cultural. En suma: es un factor fundamental en las organizaciones que desean implementar cambios culturales o adaptar nuevas tecnologías a su gestión.

Y contrario a lo que asumimos un día, que era un don que sólo un puñado de afortunados poseía, o que se trataba de una “intuición” azarosa, la capacidad de “conectar” con los otros y generar una simpatía instantánea es una inteligencia que puede aprenderse. Las asignaturas que la comprenden son escuchar activamente a los demás y tratar de comprender sus puntos de vista.

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También trabajar en la claridad y efectividad de la comunicación verbal y no verbal, observar las dinámicas sociales y reflexionar sobre las propias interacciones y participar en actividades y talleres que fomenten el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.

Ahora, para mejorar la primera impresión y conectar con los demás, conviene practicar el efecto espejo o “copiar” ademanes o tonos del interlocutor porque todos nos sentimos más cómodos al hablar con alguien similar a nosotros.

Es conveniente emplear el nombre del interlocutor para generarle una sensación de placer porque escuchar nuestro propio nombre activa áreas de recompensa en el cerebro. Sonreír genuinamente, por otra parte, mejora nuestra expresión e irradia positividad.

La escucha Activia es aconsejable también, así como hacer cumplidos sinceros. ¿Magia para agradar a los demás? No. Sólo sutiles consejos de inteligencia social


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