Todos al Zócalo
· Patrioterismo ante amenazas cumplidas
· Mayor volatilidad en mercados
· Crecimiento en riesgo
· Mujeres, derecho a la vivienda
Ayer martes 4 de marzo amanecimos con la confirmación de la imposición de aranceles a México y Canadá por parte del gobierno de Estados Unidos, aunque todavía se desconoce la forma en que serán instrumentados por la administración de Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos confirmó la imposición del 25% de aranceles a las exportaciones de México y Canadá, pese a que el gobierno de Claudia Sheinbaum redobló esfuerzos para atender el tema migratorio, la lucha contra el tráfico de fentanilo y el narcotráfico.
La decisión de imponer un arancel del 25% a productos importados de México y Canadá, así como el incremento al 20% en bienes chinos, se da como respuesta al estado de emergencia nacional declarado el pasado 20 de enero en materia de migración y fentanilo. En conjunto, estas medidas afectan un volumen de comercio bilateral superior a los 2.2 billones de dólares anuales.
No se sabe si habrá un retroceso en la decisión una vez que los gobernantes de los tres países sigan en línea para tratar de llegar a un arreglo benéfico para los involucrados, aunque por las intransigencias, autoritarismo y despotismo mostrado por el presidente estadounidense hacia sus colegas, parecería difícil un arreglo en breve.
La noche del lunes escuchaba los comentarios del excanciller José Angel Gurría Treviño, ex secretario de Hacienda y ex secretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), sobre la imposición de los aranceles a México. En opinión del experimentado Gurría, el gobierno de México debería prepararse para enfrentar la embestida de Trump, pues los aranceles son apenas el inicio.
De entrada advirtió que de prolongarse esta política del mandatario estadounidense, la economía mexicana podría enfrentar severos problemas, sin posibilidades de crecer en el corto plazo
De hecho, desde el pasado lunes, previo a la fecha señalada para la imposición de más impuestos a las mercancías mexicanas que ingresen a EU, los mercados financieros reaccionaron de forma negativa. La Bolsa se desplomó y el tipo de cambio del peso frente al dólar se mantuvo muy inestable, lo que llevó a nuestra moneda a cotizarse por arriba de los 21 pesos por dólar.
La volatilidad de la moneda mexicana seguirá observándose casi de manera cotidiana en tanto no se sepa y defina la reacción de las autoridades mexicanas; el lado monetario hay un elemento más que llama a la cautela.
Por el momento la presidenta Claudia Sheinbaum se ha concretado a decir que su gobierno cuenta un plan A, B y C. Sin dar detalles de sus tres planes, el martes 4, en su conferencia matutina, exhortó a los mexicanos a la unidad para “enfrentar juntos este desafío” y dijo que “responderá con medidas arancelarias y no arancelarias” que anunciará el próximo domingo en “asamblea informativa” en el Zócalo.
Como en los mejores tiempos de demagogia de su antecesor, la doctora Sheinbaum Pardo tomará la plaza pública para exaltar su espíritu patriotero en “defensa de México y su soberanía”.
No hay que perder de vista que los aranceles que entraron en vigor ayer son por motivos de seguridad nacional y la declaratoria del estado de emergencia tiene una caducidad. La mayor interrogante es la duración de los mismos. Pero más allá de las amenazas e imposición de tarifas, el trasfondo en materia comercial es de cara a la renegociación del TMEC, donde Estados Unidos buscará ampliar el contenido regional.
Mujeres, derecho a la vivienda
Las mujeres en México continúan enfrentando desafíos significativos en su camino hacia la propiedad inmobiliaria. Aun cuando su participación en el mercado laboral y en la jefatura de los hogares se ha incrementado, persisten barreras estructurales que limitan la atención al derecho a la vivienda que es la base para el acceso a la salud y la educación.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2020), el 32% de los hogares en México tiene a una mujer como jefa de familia, cifra que ha ido en aumento en los últimos años. Sin embargo, esta mayor representación no se ha traducido en un acceso equitativo a la vivienda.
Según datos de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi, 2018), sólo el 35.6% de los financiamientos otorgados por los Organismos Nacionales de Vivienda (Onavis) y el 31.6% de los subsidios federales se destinan a mujeres, en contraste con el 60% y 66.8%, respectivamente, a hombres.
Algo similar sucede con el acceso a créditos de la banca múltiple. A pesar de que, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), las mujeres han incrementado su participación en la fuerza laboral sigue existiendo una brecha en el acceso a sistemas de financiamiento para la vivienda.
El acceso a una vivienda digna no sólo representa estabilidad y seguridad para las mujeres, sino que también contribuye a la generación de un entorno más equitativo e inclusivo para el desarrollo de sus familias y comunidades. La transformación del mercado inmobiliario con una visión de equidad de género es una tarea pendiente que requiere la colaboración de todos los sectores involucrados.
