Se perfila Bertha María Alcalde Lujan a la dirección general del ISSSTE

Se acerca la llegada de Bertha María Alcalde Lujan a la Dirección General del ISSSTE. Se aprecian movimientos de entrega recepción en oficinas centrales. Resulta que el morenista Pedro Zenteno Santaella irá a campaña para acceder a una curul en el Senado de la República por el Estado de México.

En tanto, Bertha María Alcalde Luján dejará en próximos días la Dirección de Operación Sanitaria de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), para terminar con la operación cero tolerancia a la corrupción en el mancillado Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE), por parte de Prianistas desde hace varias décadas.

Se estima que su nombramiento es un golpe de timón para orientar al ISSSTE hacia la mejora y transformación en beneficio de 14 millones de derechohabientes y para ello cuenta con un ejército de trabajadores apostados en los centros de trabajo desde donde se otorgan las 21 prestaciones a sus usuarios, quienes le acompañarán en esta nueva encomienda.

Baste decir que en este sexenio el ISSSTE se desenvolvió entre buenos y pésimos administradores, sobre todo de unidades médicas cuyos directivos cuidaron más sus puestos e ingresos personales como al tesoro de Moctezuma que en atender y diseñar estrategias de atención eficientes y oportunas en favor de los derechohabientes.

Llega sangre nueva para renovar lo que no funciona, sobre todo mandar al exilio a los caciques de las áreas médicas que se han enquistado en perjuicio de la atención a la derechohabiencia y que, pese a los esfuerzos de las dos últimas administraciones del actual sexenio, siguen pegados al presupuesto deteriorando a la institución.

Hay mucho que hacer en el ISSSTE para llevarlo a los niveles de salud de Noruega o Dinamarca, deseados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que en el poco tiempo que le resta a su mandato será una odisea, de no ser así, quedará en un gran reto que deberá asumir la siguiente administración sexenal.

También será un desafío para Alcalde Lujar administrar una inversión pública sin precedentes para mejorar todas las instalaciones del ISSSTE, Hospitales Regionales y Generales, Clínicas de Medicina Familiar; equiparlos, contratar médicos especialistas, que no falte el abasto de medicamentos, que se puedan tener equipos para estudios médicos, intervenciones quirúrgicas en tiempo y forma.

Las acciones fundamentales para abatir el rezago en el Instituto van desde mejorar la calidad y calidez en el servicio; brindar atención con medicina de calidad; suficiente equipamiento médico; el consecuente mantenimiento de infraestructura hospitalaria; imprescindible solventar el abasto de medicamentos y materiales de curación; suficiente personal médico, de enfermería; técnicos y administrativos.

En ese sentido el Instituto cuenta con personal calificado de base y confianza a niveles internacionales, como los de Dinamarca o Noruega y mejores que ellos en varias especialidades, sobre todo en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.

El reto mayor es acabar de raíz con la corrupción que aún pervive gracias a los contratos leoninos que se firmaron por décadas que llevaron a la privatización silenciosa emprendida en anteriores administraciones desde los setenta hasta el 2018, donde el presupuesto se destinó para campañas presidenciales, sobre todo, de militantes del Grupo Atlacomulco.

Sin embargo, sus trabajadores, los que desde hace 64 años en que el instituto atendía a 500 mil derechohabientes, siguen siendo los pilares fundamentales que sostienen a capa y espada los diversos servicios y sin embargo son víctimas de abuso, acoso laboral y despidos injustificados de jefes de servicios médicos y, sin embargo, hoy brindan atención a más de 14 millones de mexicanos.

La peor etapa del ISSSTE se registró durante las administraciones de José Antonio González Fernández (1997-1998); Socorro Díaz Palacios (1998 – 2000); Benjamín González Roaro (2000-2006); Enrique Moreno Cueto (2006); Miguel Ángel Yunes Linares (2006-2010); Jesús Villalobos López (2010-2011); Sergio Hidalgo Monroy Portillo (2011-2012); Luis Antonio Godina Herrera (2015) y José Reyes Baeza Terrazas (2015-2018), este último descaradamente despojó a los trabajadores de Vales Decembrinos con la anuencia sindical.

Gracias al pillaje de los mencionados, confabulados con subalternos, el ISSSTE no creció al ritmo que se requería hasta llegar a la obsolescencia en casos como Tiendas y Farmacias. Las administraciones fueron rebasadas por la corrupción y perdieron capacidad resolutiva. Además, las plantillas de personal no están equilibradas y desde hace 40 años no se habían construido hospitales regionales.

Bertha Alcalde Lujan tiene el reto de robustecer la atención de Primer Nivel a la salud, con la remodelación y mantenimiento de 434 unidades en todo el país, en el sentido que el 80 por ciento de derechohabientes acude a las clínicas. Además tendría que valorar la apertura de turnos vespertinos, sábados y domingos, así como la mejora de los laboratorios y clínicas en la Unidades de Medicina Familiar, en todo el país.

El mayor desafío de la nueva directora sería ejercer su liderazgo e impulsar la generación de una cultura laboral fincada en la mística del servicio y amor al prójimo, tanto del personal médico como de enfermería, administrativo y operativo para otorgar un servicio digno con alto sentido social y humano. Porque se debe recordar a los jefes de servicio que no están tratando con expedientes o folios, sino con seres humanos que requieren atención de calidad y los trabajadores de base son el primer filtro.

Que digamos que esta tarea les corresponde a las dirigencias de los siete sindicatos, que antes del anuncio de renuncia de Pedro Zenteno Santaella fueron al besamanos a darle la despedida y que seguramente acudirán a dar la bienvenida a la nueva directora ofreciendo el oro y el moro, pero en realidad los Comités Ejecutivos Nacionales sólo se concentran en la grilla y poco hacen por elevar la mística servicio, sin embargo, existen dirigencias seccionales que sí se entusiasman y aportan al ISSSTE.

Zenteno Santaella deja una herencia de más de 100 mil piezas de equipo médico, destinadas al primero, segundo y tercer nivel de atención e inversiones en equipamiento para las Estancias de Bienestar para el Desarrollo Infantil (EBDIs), a donde acuden los hijos e hijas de las y los trabajadores al servicio del Estado.

En agosto pasado de anunció la edificación seis nuevos inmuebles de salud: tres hospitales regionales de alta especialidad, un hospital general y dos clínicas-hospital. Están los casos del Hospital General de Torreón, Coahuila, que contará con 250 camas distribuidas en 33 especialidades; una de ellas, la oncológica. Así se evitará que quienes requieran estos servicios tengan que trasladarse a la Cuidad de México para recibir atención de especialidad en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.

Destacan el Hospital Regional de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, que contará con 250 camas; el Regional de Acapulco, Guerrero, con 250 camas; el Hospital General de Tampico, Tamaulipas, 150 camas; la Clínica Hospital de Cabo San Lucas, Baja California Sur, 20 camas; y la Clínica Hospital de Palenque, Chiapas, 20; obras que beneficiarán a un millón 600 mil personas trabajadoras y sus familiares; es decir, un total de 6.1 millones de derechohabientes.

Aunque en el tema de la corrupción hay cero tolerancias al robo de medicamentos, de laudos y pensiones, se detectaron al menos 100 casos de pensiones irregulares e ilegales que están fuera del monto establecido, cuyo tope es de alrededor de 31 mil pesos mensuales como máximo. Las más altas son; una de más de 273 mil pesos, otra de 236 mil, otra de 186 mil, otra de 138 mil y otra más de 129 mil pesos.

Y bueno, Bertha María Alcalde Lujan se ganó la rifa del tigre y tendrá que llevar a buen puerto al ISSSTE, al que por segunda ocasión arriba una mujer como Directora General, misma que se suma a la lista de los 24 ungidos para ese cargo, en 64 años