¿Se acabaron los abrazos?
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Apenas ayer se hizo oficial lo que cantaba el gallo, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la designación de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas internacionales. Entre ellos figuran el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, Cárteles Unidos, el Cártel del Noreste, el Cártel del Golfo y La Nueva Familia Michoacana. También incluyeron a las pandillas sudamericanas Tren de Aragua y Mara Salvatrucha.
La designación como organizaciones terroristas abre la puerta a que el gobierno de Estados Unidos despliegue operaciones militares directas sin consultar al gobierno mexicano.
Según la legislación estadounidense, esto permite ataques con drones, operaciones encubiertas y sanciones económicas que podrían afectar a sectores clave de la economía mexicana.Una caja de pandora de la cual puede ocurrir casi cualquier cosa.
Históricamente, esta estrategia se ha aplicado en países considerados refugios de terroristas. En Afganistán, Estados Unidos utilizó ataques con drones para eliminar a líderes talibanes y de Al-Qaeda. En Pakistán, ataques de la CIA asesinaron a insurgentes sin previo aviso al gobierno local. Con esta designación, México entra en una categoría similar.
¿Veremos operaciones militares unilaterales en territorio mexicano? Honestamente, espero que no, es más espero que ni siquiera algo como un acurdo nada, cero.
Donald Trump, al anunciar esta medida, justificó la acción asegurando que “México está gobernado por los cárteles”.
Desde que Trump llegó a la presidencia, MORENA y sus fanáticos, están tomando sopa de su propio chocolate, estar presa de un bravucón autoritario.
Hoy México no tiene ningún plan de acción contundente si algo así llegara a ocurrir.
Esto sin duda acelera y aumenta la militarización en México. El Ejército ha tomado el control de sectores estratégicos, desde aeropuertos hasta aduanas, y ahora podría verse forzado a coordinarse aún más con agencias estadounidenses como la DEA y el FBI.
A Estados Unidos poco o nada a través de su historia le ha importado la “soberanía de los pueblos” siempre han ido y tomado todo, destruye y se regresan.
La pregunta es: ¿realmente México está gobernado por los cárteles o simplemente ha cedido su soberanía a Washington?
En medio de esta crisis, Elon Musk, empresario multimillonario, amigo, consejero es más, el “vicepresidente” de facto de Estados Unidos, se ha convertido en una figura clave en la política internacional.
Musk declaró publicó en su red social “son elegibles para ser atacados con drones”, lo que parece confirmar que en la la Casa Blanca se ha tocado el tema de ataques selectivos en territorio mexicano sin consultar a su gobierno.
El poder e influencia de Musk sobre la administración Trump no puede subestimarse.
Como principal contratista del Pentágono en tecnología aeroespacial y telecomunicaciones, su opinión tiene peso en la formulación de políticas de defensa y seguridad. Que un empresario no electo tenga esta influencia sobre decisiones militares es preocupante y muestra cuán borrosa se ha vuelto la línea entre el poder corporativo y el gobierno de Estados Unidos.
La designación de los cárteles como organizaciones terroristas puede traer graves consecuencias económicas. Ahora, cualquier empresa o persona que haga negocios con estos grupos podría enfrentar sanciones severas por parte de Estados Unidos.
Esto significa que los bancos mexicanos podrían verse obligados a cerrar cuentas sospechosas y que las inversiones extranjeras podrían disminuir debido al riesgo político que representa el país. Además, existe la posibilidad de que esta medida sea utilizada como justificación para un mayor control sobre el comercio bilateral. No digo que todo eso ya esté sucediendo, simplemente la puerta ta está abierta.
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) podría verse afectado si Washington decide que la falta de acción de México contra los cárteles constituye una violación de sus compromisos en seguridad. Esto podría derivar en aranceles o restricciones comerciales, afectando sectores clave como la manufactura automotriz y la exportación de productos agrícolas.
La realidad es que México se encuentra en una posición extremadamente vulnerable. La militarización del país, la posible intervención de Estados Unidos y las sanciones económicas representan un riesgo real para la estabilidad nacional, en un país que le fue heredado a la doctora, en una situación bastante comprometida.
Para enfrentar este embrollo, el gobierno mexicano tiene pocas opciones viables. Puede reforzar su seguridad interna y demostrar una acción más agresiva contra los cárteles, pero esto podría generar un aumento de la violencia.(lo que hizo su odiado Felipe.
Otra opción sería buscar alianzas con otros países para condenar la medida estadounidense, aunque el poder de influencia de Washington hace que esta estrategia tenga pocas probabilidades de éxito.
Lo que es claro es que la estrategia de “abrazos, no balazos” ha llegado a su fin. Estados Unidos ya no espera que México controle a los cárteles; ha decidido actuar por su cuenta. Y si el gobierno de Sheinbaum no responde con firmeza, desde adentro, estamos perdidos.
Tiempo al tiempo.