Santiago Creel se vio de lujo
Arturo Ríos Ruiz
Santiago Creel, el político panista que ha logrado su experiencia por muchos cargos y fracasó dos veces en intentos por alcanzar niveles de los más relevantes: El Gobierno de la Ciudad de México y la Presidencia, el primero lo perdió en las urnas en el año 2000, lo venció el actual presidente, AMLO.
Por la Presidencia, tuvo tres intentos, la primera con su titularidad de Gobernación en la gestión de Vicente Fox, que le fue arrebatada a los dos por Felipe Calderón; la segunda en 2012, que se la ganó Josefina Vázquez Mota y la última en este 2023 que podría quedar en Xóchitl Gálvez, con preferencias del elector.
La hoja curricular del Creel es muy amplia, iniciándose como columnista del diario La Jornada, desde donde dio el salto a cargos públicos como consejero del IFE, hoy INE y así cuenta con una hoja de servicios muy amplia que le otorga una experiencia muy calificada y por lo tanto reconocida.
A Santiago Creel, no le ha ayudado su apariencia, acartonada, poco emotivo y con apariencia anodina que no ha prendido ante el respetable, sin embargo, se ha mantenido en la línea dorada de la política nacional.
Esta última incursión por la candidatura presidencial, que es la tercera, como numero cabalístico notamos a un Creel presuntuoso que hizo alarde de su posición económica, con remembranzas de sus ancestros del norte que tuvieron riqueza y poder, sin recodar que fueron caciques de aquellos años y que hoy ya no cuentan.
Pero en su última acción al renunciar a la candidatura tan deseada y sumándose a Xóchitl Gálvez, en su mensaje se lució y se notó una enorme humildad anteponiendo los intereses de la nación a los suyos y la percepción cambió al merecedor del reconocimiento general. Ha sido aplaudido. Se lució.
La alfombra roja quedaría lista para Xóchitl Gálvez, aunque el problema persiste por la priista Beatriz Paredes que, en el ocaso de su vida y carrera, surgió como cuña en disputa. A sus 70 añotes se lanzó al ruedo presidencial.
Comprobaremos en qué termina, lo que parece una jugada sucia del PRI que comanda “Alito”, dirigido desde Sonora por Manlio Fabio Beltrones, desde la oscuridad conveniente, amenazado por el régimen con aquel aviso de sus cuentas multimillonarias en Andorra y la de su hija Sylvana Beltrones Sánchez.
Ahora, la experiencia de Santiago Creel deberá desarrollarse en la campaña de Xóchitl, si es que el PRI, se mantiene en su posición y que cabe la posibilidad de que se vayan solos con Beatriz como esquiroles, para robarle votos a la hidalguense al servicio de la 4T. Todo puede esperarse entre políticos.
En dado caso, vendría lo más complicado para Xóchitl Gálvez, en la campaña, deberá aplicarse como estadista, en que hay que reconocer no es su fuerte; mensajes serios y trascendentes que atraigan a sectores de la clase media, puntal en toda elección y atraer al voto duro de los indecisos que inclinan a favor, o en contra toda elección.
Un candidato jamás debe sentirse ganador, siempre nadará en aguas turbulentas y ataques hasta inventados con fines letales para debilitar la imagen opositora. La lucha por el poder es siniestra y capaz de todo. El régimen actual, lógico, no permitirá la derrota, Así ha sido con AMLO, siempre expresó que le robaron las elecciones anteriores.
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