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Reforzar el estado de bienestar y la salud

Reforzar el estado de bienestar y la salud

Reforzar el estado de bienestar y la salud

El pasado 18 de julio, datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reportaron que en 2022, a nivel mundial, 20.5 millones de niñas y niños no recibieron una o más vacunas administradas a través de los servicios de inmunización, frente a los 24.4 millones de 2021. A pesar de esta mejora, la cifra sigue siendo superior a los 18.4 millones de menores que no las tuvieron en 2019 —antes de la pandemia de COVID-19—. En el mismo 2022, los servicios mundiales de inmunización atendieron a 4 millones de niñas y niños más en comparación con el año anterior, debido al esfuerzo de los países para revertir el retroceso provocado por la pandemia.

La vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTP) se utiliza como indicador mundial para medir la cobertura de vacunación. De los 20.5 millones de menores señalados anteriormente, 14.3 millones no recibieron ni una sola dosis: son los llamados niños “cero dosis”. Y si bien la cifra representa una mejora respecto a los 18.1 millones de 2021, es superior a los 12.9 millones de 2019. El nivel de vacunación contra el sarampión —uno de los patógenos más infecciosos— tampoco se ha recuperado, lo que pone a otros 35.2 millones de niños y niñas más en riesgo de infección por esta enfermedad.

La salud debe de dejar de ser un lujo para algunas personas, y convertirse en una condición generalizada. En México, a pesar de que ha sido un tema prioritario en la actual agenda política, todavía requiere ajustes para un funcionamiento óptimo. Por primera vez en la historia, gracias a los esfuerzos del presidente Andrés Manuel López Obrador, se elevaron a rango constitucional (artículo 4.°) los aspectos centrales del estado de bienestar: pensión a las personas adultas mayores al cumplir 65 años, apoyo económico a las personas con discapacidad permanente, servicios de salud gratuitos, y acceso a la educación pública de excelencia. Hoy tenemos, a través del IMSS-Bienestar, un sistema de salud fortalecido.

No obstante, persisten muchos retos en el camino hacia una justicia social que perdure. Es imperativo visibilizar la situación en México, desde completar un sistema de vacunación para la niñez hasta mejorar la atención en salud mental y en las enfermedades crónicas que padece la población. El enfoque debe ser objetivo y realista; la respuesta, inmediata, y el trabajo, continuo. Las y los menores son el futuro del país, su infancia marcará su destino personal, pero también su actuar social. Ayudar a desarrollar mejores ciudadanas y ciudadanos es una tarea fundamental del estado de bienestar.

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Los desafíos de salud en México y el avance hacia la construcción de un estado de bienestar demandan tiempo, unidad y el esfuerzo incansable de todos nosotros. La atención, el enfoque integral y la continuidad son las únicas vías para superar los obstáculos y alcanzar las metas. En el sistema de salud es necesario seguir avanzando en su mejora y enfrentar los obstáculos y retos pendientes desde hace mucho tiempo.

Por lo anterior, en salud es necesario aumentar gradualmente el gasto público; dotar al sector sanitario para que tenga los insumos suficientes para cumplir su objetivo; impulsar una visión integral y preventiva en el día a día —en términos de alimentación, trabajo, edad y salud sexual y reproductiva—; implementar un sistema de sustento social que respalde a la población en momentos críticos que se presenten a lo largo de su vida; reforzar los programas de apoyo, desde el psicológico hasta la capacitación, certificación y orientación laboral; mejorar la capacidad de respuesta y eficiencia, y seguir enfrentando los desafíos heredados de la pandemia.

En el camino de la transformación que México tanto necesita, es prioritario construir un verdadero estado de bienestar que atienda las demandas de los grupos más vulnerables y que se base en la justicia social. Para esto, deben ser eliminadas las distancias que generan desigualdad de oportunidades. Nuestro país no tendrá reconciliación real hasta que no se hayan cerrado todas las brechas sociales que nos separan y alejan.

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En el Senado de la República, el impulso a estos aspectos nos permitió garantizar los programas sociales. No obstante, el camino es largo y aún falta mucho por alcanzar. Debemos seguir trabajando para cerrar las brechas entre la ciudad y el campo, entre el norte y el sur, entre nuestros derechos y los hechos. Sólo así cambiará, entonces, la vida de millones de mexicanas y mexicanos, de niñas y niños, de jóvenes y personas adultas mayores. Y con ello, el destino de México.

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Twitter y Facebook: RicardoMonrealA


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