PRI Tabasco, por la salvación
Parece imposible, pero el cambio de dirigente estatal en los próximos días, podría darle al PRI Tabasco la oportunidad de aspirar a mantener el registro y a reencausar el partido ya re novado.
Por conclusión de período, pero igual porque urge un viraje en la dirección que tiene al partido empantanado y sin candidatos a ningún cargo de elección popular, es que la dirigencia nacional del PRI le dará las gracias al todavía presidente estatal, Dagoberto Lara Sedas.
El nuevo dirigente en ciernes y quienes le acompañen en el Comité después de cuatro años perdidos en que simplemente el PRI Tabasco permaneció estancado, sin reconstruir las estructuras ni menos sumar militantes, tendrá una labor titánica.
La renuncia de destacados cuadros políticos como Héctor Cabrera, que pudieron haber sido candidatos competitivos, es solo resultado de la falta de trabajo de unidad interna que Dagoberto Lara Sedas nunca hizo porque para él la militancia era -y es- solo el Químico Andrés Granier Melo y su hijo Fabián.
Después de cuatro años, Dagoberto Lara entrega un partido casi desmantelado, con una militancia mermada, marginada y desplazada y sin rumbo que parece destinado al precipicio electoral.
A estas alturas, lo mejor que le puede pasar al PRI Tabasco es ir en candidaturas comunes con el PAN en las que pueda para ver si le alcanza a mantener el registro y precisando claramente en el Convenio de Coalición el reparto de votos.
La cruda realidad para el PRI que deja Dagoberto Lara Sedas, es que prácticamente nadie quiere ser hoy candidato por su partido ni la misma Lorena Beaurregard de los Santos -a la que terminarán apoyando- que le vio más futuro al PAN que ni registro tiene en Tabasco y que puso sus esperanzas en el triunfo de la panista Xóchitl Gálvez.
Para iniciar su rescate, el PRI Tabasco tiene comenzar con lo que Dagoberto Lara nunca quiso o no pudo ser: una auténtica oposición que gradualmente -no es fácil- se gane el respeto, confianza y votos de una buena parte de de los tabasqueños.
