Milei el zombi de la ultraderecha
Javier Milei se convirtió en un fetiche, en un maniquí de aparador que ilustra sobre el pasado, al estilo de aquellos ídolos de barro o madera de los que sólo se preserva la imagen de un añejo fanatismo que ni siquiera llegó a hacer historia. Ahora quieren exhibirlo a lo largo y ancho el planeta para mostrar que la ultraderecha aún existe. Golpeada, agonizante y con respiración artificial, pero vive.
La figura del actor Eduardo Verástegui, desgastada y maltrecha, más cerca de presidio que del liderazgo deja sólo dos ejemplares vivos de esta especie en extinción, que deberían estar en el museo de la tiranía que ambos llaman libertad: Milei y Trump.
Los panistas siempre dispuestos a revivir cadáveres hasta convertirlos en zombis, luego de que el senador llamado dos neuronas, Julen Rementería, invitara a mediados de septiembre de 2023, al líder del partido ultraderechista de España, VOX, Santiago Abascal, y causara una seria división en el panismo y el rechazo e indignación de los senadores de otros partidos y de la mayoría de la población, ahora es la simpática Lilly Téllez, a quien le solicitaron un examen sicológico para darle trámite a sus peticiones de custodia, amenaza con invitar a nombre propio al presidente de Argentina, Milei, para que insulte nuestro gobierno desde el salón de sesiones, tal y como lo hizo contra Gustavo Petro y otros mandatarios del mundo.
Rementería violentó el órgano interno del Senado al invitar a este líder español al recinto, ni siquiera lo hizo en nombre de la bancada panista sino del suyo propio, lo mismo que ahora hace Téllez con Milei.
Es por demás conocido el fanatismo de ideas que revolotean por la cabeza de Milei que nada tiene que ver con el mundo actual. Es una reliquia viviente de la ultraderecha agonizante, porque en México este tipo de corriente política fracasó por muchos años y tuvo su evidente rechazo de los mexicanos cuando Eduardo
Verástegui trató de reunir firmas para ser candidato independiente a la Presidencia de la República y no logró reunir ni el 10 por ciento.
La invitación en sí misma es una agresión a los mexicanos, más aún si se hace a nombre personal como se muestra en la carta de invitación de la senadora al presidente, pero lo más insultante es el motivo de su convocatoria: “conocer sus impresiones sobre la realidad política”, es como si a los inquisidores les pidiéramos hoy que dieran un veredicto sobre la fe en pleno siglo XXI.
Si a esto agregamos los antecedentes de insultos que dirige a los mandatarios que no piensan como él y que en México son tiempos electorales, podremos ver que se trata de una provocación de la violenta senadora panista, conocida golpísta.
Desde Washington, Milei insultó a Gustavo Petro, al decir que “está hundiendo a los colombianos, es una plaga letal para los propios colombianos”. En una clara injerencia a la autodeterminación de los pueblos, y de llegar a México no podemos esperar algo diferente. La obsesión de los panistas por los extranjeros inició con el viaje de la candidata de la alianza opositora por Estados Unidos, España y el Vaticano y sigue viendo hacia afuera para n quedarse rezagada en las encuestas y seguir ocupando espacios en los medios
La campaña de la señora X exige de escándalos para llamar la atención, de polarización y estridencias, en las que la senadora es experta.
La invitación de la senadora viola el órgano interno del Senado, los estatutos de su partido, la autonomía del Senado, la dignidad de los mexicanos y la voluntad del resto de los legisladores. Nadie podría suponer que lo ignora, como ignora mucho de la política y la historia la locutora improvisada que no concluyó la preparatoria, de tal manera que lo que venga sobre el tema tendrá que ver más con la intención de desgastar al gobierno que para conocer las ideas añejas y repetitivas de un ultraderechista cuyos mejores tiempos ya pasaron.
La pluralidad no admite anacronismo ni la inclusión puede darle un lugar al salvajismo. Basta ver cómo viven la gran mayoría de los argentinos para poder apreciar la “vigencia” de las ideas de la ultraderecha
