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Los reintegros (o como se da una huida)

Los reintegros (o como se da una huida)

LOS REINTEGROS (O COMO SE DA UNA HUIDA)
Por Gilberto Haaz 

Hoy por la mañana, con Ciro Gómez Leyva de vacaciones, comunicador al que le cambió su vida desde aquel diciembre en que lo quisieron matar, comentó que ya casi no sale de casa, aunque trae escolta puesta por la FGR, siempre uno se acurruca y se apanica cuando la muerte toca a tu puerta. Allí llegó el gran Germán Martínez, senador que un día fue del PAN luego de Morena, director del IMSS un tiempecito y un día todo enojado le renunció al presidente al IMSS y se fue de independiente. Habló de los Judas Iscariote, y tocó el tema de Veracruz y se sorprendió de que en Veracruz, en lugar de andar buscando acomodos debían combatir a ese remedo de gobernador, Cuitláhuac. Un estado rico, grandioso, con todos los recursos y da pena con tener ese gobernador. Un priísta me escribió que lo de Anilú se veía venir, pues cuando su mentor, Miguel Ángel Osorio Chong, se peleó con Alito Moreno y dejó la bancada del PRI en el Senado, Anilú ya olía a leña de otro hogar. No tardaba en irse, ella buscó el pretexto de cómo irse, insistía el interlocutor, pues sabía que aún con encuestas tiradas, no le ganaba la interna a Pepe Yunes, y cuando Alito o Malito Moreno no quisieron entrarle a las encuestas, ese era su pretexto, me dijo el analista, y allí se marchó. Alito es el culpable de las deserciones. Lo que la gente se pregunta toda angustiada, porque no renunciaron los 28 en masa sin la presencia de ese exgobernador de malas mañas, Alejandro Murat de Oaxaca, que se volvió personero de las traiciones y el lleva-y-trae buscando por todo el país quién traiciona y a qué horas, con la complacencia de Palacio Nacional y de la Sheinbaum, solo le recomendaron que no ofrezca chamba, porque van primero los morenos y luego los del Primor, si hay hueco. Ándale.

Francisco Garfias de Excélsior: “No para la desbandada de expriistas que apoyan a Claudia Sheinbaum. Esta vez fue el llamado Grupo Veracruz, que encabeza Anilú Ingram, excoordinadora de la bancada del tricolor en el Congreso del estado. Fue en el Hotel Mocambo, del puerto de Veracruz, donde la diputada local le dijo adiós al PRI, a nombre del Grupo Veracruz, y anunció que se suman a la candidata de la continuidad.

“Nuestro continuo caminar será ahora de la mano de la alianza progresista, a lo largo de todo el territorio veracruzano. Nos sumamos de manera contundente al apoyo de la doctora Claudia Sheinbaum”. Testigos del brinco fueron Alejandro Murat, exgobernador de Oaxaca, y Adrián Rubalcava, alcalde de Cuajimalpa. Ambos recorren el país en apoyo de la abanderada de la “transformación” obradorista.

Una buena parte de su intervención se la dedicó a Alito Moreno. Lo acusó de abandonar el PRI de la institucionalidad y la disciplina, del interés superior, del reconocimiento a la pluralidad de las ideas y las formas correctas, un partido en el que todos los grupos y expresiones tenían cabida.

“Ese PRI ya no existe. Ese PRI se acabó. Hoy es el PRI de un solo hombre: el campechano Alejandro Moreno Cárdenas. Y ese hombre logró lo que hasta hace poco parecía imposible: perder la mayoría de las gubernaturas que teníamos”.

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EL RECLAMO PUBLICO

Ayer circuló un video donde al exgobernador Javier Corral, de cabrón no lo bajaban. Va la historia contada por Fco. Garfías: ‘Un momento difícil pasó ayer en Chihuahua el exgobernador, Javier Corral, luego de ser increpado a gritos —algunos testigos afirman que fue cacheteado y que le aventaron un vaso de agua mineral— por el exsecretario general de Gobierno, Raymundo Romero Maldonado, y su yerno, Fernando Reyes. La escena ocurrió ayer en el restaurante Garufa de la capital de Chihuahua. Amaravith Rodríguez, usuaria de la red X, compartió un video en el que se observa cuando Romero le echa en cara su detención, la noche del 24 de diciembre de 2019, por un supuesto desvío de recursos públicos durante el régimen del exgobernador César Duarte. En el video se escucha a Romero decir: “A mí no se me olvida lo que me hiciste el 24 de diciembre, cabrón. Estaba con los nietos y con mis hijos. Me agarraste de 74 años y tengo 79.” Corral permaneció callado. No respondió a los gritos. Escuchó de pie al enervado exsecretario de Gobierno y a su yerno. Tres personas le servían de escudo. El expanista salió del restaurante cabizbajo, pensativo y, a juzgar por la imagen, mojado’.


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