Lo que es no tener madre

Por: Vladimir Galeana Solórzano

¿Cómo le llamarías tú, mexicano, a un sujeto al que la piedad no le fluye, y mucho menos el respeto a los demás? Por mucho que sea el Presidente de la Republica, en lo personal nunca me ha merecido respeto alguno. Porque si tu, mexicano, no sabes a quien me he referido es que no tienes ni la menor idea del daño que nos ha causado, y mucho menos lo que es capaz de hacer si pretende quedarse en el poder.

Han sido muchas las entregas que he realizado con las críticas que le he hecho al inquilino de Palacio Nacional, que en lo personal no me representa, y mucho menos podrá obtener mi respeto, porque el respeto se gana respetando las opiniones de los demás, y no la imposición de sus arcaicas ideas que hasta ahora lo único que han logrado construir es un desastre brutal en este país.

Y hablando de respeto, como siempre lo ha hecho, ha mostrado sus respetos a la Señora Consuelo Loera, y a los integrantes de una de las bandas criminales que mas daño han producido a este y a diversos países, y que hasta ahora sigue viento en popa fabricando los estupefacientes que siguen matando no tan solo a los mexicanos, sino a los norteamericanos.

Cuando el Presidente de la Republica se atreve a pedir respeto para la madre de Joaquin a Guzman Loera, a quien apodan “el Chapo”, me revuelve el estomago, porque nunca pidió ese respeto de comprar los medicamentos para salvar de la muerte a los niños con Cáncer. Ojalá cuando a él le corresponda dar cuentas al creador, lo refunda en el más profundo de los infiernos por el daño que le ha causado y los muertos que ha generado.

Insisto, ahora le ha dado por pedir respeto para la Señora Loera, y creo que nunca se lo hemos faltado los mexicanos, porque ella no tuvo la culpa de haber procreado a uno de los narcotraficantes más afamados de toda la historia de este Continente. Pero la vida sigue, y a él la primera magistratura se le disipará en menos de un año, y comenzaremos a realizar el balance de los daños para reconstruir nuestra nación y nuestra sociedad.

Por si no lo recuerdas mexicano, el todavía Presidente de la Republica a cada rato repetía que nada humano le era ajeno, y que no habíamos de odiar porque eso no era bueno. Lo que me pregunto es porque aborda la palabra bueno, si su maldad ha sido constante, y por desgracia muy agresiva con el pueblo que lo eligio y lo coloco en el pedestal más alto de su ambición. Pero nosotros tenemos la culpa.