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Líder 2025

Líder 2025

El mítico sentido de escasez e insuficiencia nos empobreció y orilló a conductas de mezquindad y avaricia en las prácticas diarias y en el trato hacia los demás. Así, cuando en el ámbito corporativo hablan de la generosidad de liderazgo, se asume como una utopía. ¿Es parte de las modas gerenciales insustanciales y pasajeras?

Sin embargo, se trata de la mentalidad que podrá cohesionar a las organizaciones e impulsar un crecimiento sostenido. No es una opción. Es el antídoto contra acciones inerciales y declives empresariales.

El concepto de generosidad del liderazgo no se refiere a una nueva ola filantrópica o dádiva de fondos u otros bienes materiales. Significa compartir tiempo, experiencia y sabiduría para fomentar una cultura de colaboración, apertura, empoderamiento y cuidado. Es abrir las posibilidades de realización de los demás.

En este momento, ser estratega y tener las respuestas ya no es suficiente. Ante las irrupciones y cambios, el líder “sabelotodo” y confiado no es capaz de cumplir con el propósito, estrategia y valor de una organización. A esto se suma, en un ambiente altamente incierto y volátil, la renuncia silenciosa o falta de compromiso de los colaboradores en las organizaciones de todo tipo.

Una misión imprescindible del líder, entonces, es conectar la misión empresarial con la de cada uno de sus colaboradores. Este es el inicio de un trabajo minucioso que demanda generosidad.

Pero eso no es todo. En las organizaciones ahora tenemos cinco generaciones en la fuerza laboral, lo que significa que necesidades, prioridades y fuentes de significado varían. Entonces, la generosidad se vuelve más importante porque el líder no puede hacer todo por si mismo. Tampoco establecer estrategias de gestión estandarizadas.

Ahora, la proclividad a ser generoso se contrapone a personalidades narcisistas. El líder 2025 debe tener un cociente emocional más alto. Entonces, no teme compartir lo que sabe para beneficiar a los otros.

La retroalimentación constructiva es una forma fundamental de generosidad. Ser generoso es dar o hacer más de lo que se espera. Es el famoso 110%.

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Tradicionalmente se asume que dar es una fuente de felicidad. Pero en el campo laboral se anteponen índices de productividad, nuevas demandas, tiempo escaso…entonces se debe decidir “crear el tiempo y espacio para ser generoso”.

La pregunta crucial para asumir esta mentalidad de generosidad es ¿Cómo puedo dar más en lo que cotidianamente hago?, ¿Cómo logro que mi labor tenga más valor y represente un cambio significativo para mis clientes?

Esa es la génesis de la generosidad. Y del liderazgo 2025.


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