fbpx
Leyendo ahora
Las jodidas carreteras

Las jodidas carreteras

Las jodidas carreteras

Y cuando despertaron, estaban por irse. A poco tiempo. Camelot.

Suelen los fines de semana, a veces, ser aburridos, otros no. Son días muy calurosos y cuando se emprende un viaje corto, bueno no tan corto porque ahora se sufre con las pésimas carreteras veracruzanas, que Pepe Yunes se comprometió con los ingenieros de la Cámara de la Construcción en junta de trabajo en Veracruz y Boca del Río, a componer todas que fueron abandonadas por este gobernador durante ya casi 6 años. Pero ya se van. Escribo de las que veo y recorro. No voy al norte ni al sur, ni tampoco he ido hace tiempo a la Cuenca, a Tierra Blanca, pero las de aquí (Orizaba) pasando por Córdoba, lo mismo la de Capufe, que ahora sigue en su laberinto porque el dichoso Puente de Metlac no lo terminan de reparar y las colas son, a veces, de 14 kilómetros. Para Xalapa o a Veracruz hay que sortear veredas. Una veredita alegre, con luz de luna o de sol, diría la canción de Fina estampa. A Xalapa se suele hacer ahora 7 horas, ida y vuelta, si te va bien, otras veces haces 8. Cruzas Orizaba por la federal y llegas a la Anáhuac, ahí tomas la autopista y del otro lado se ven las colas de tráileres, luego, si la suerte te ayuda llegas a Paso del Toro, donde ahí el gobierno de Veracruz ya se decidió por fin a arreglar esa porquería que tenían como tapón por mandar el dinero de regreso a la Federación, y al menos ya ahí van poco a poco. Adelante en el otro puente en Villarin, en la vía, ya había máquinas arreglando un puente incompleto ahora abandonado, como está abandonado este gobierno que no nos merecimos, los que aquí vivimos y aquí nacimos. Hay que ir a las vivas con el GPS, que a veces se ataranta, quizá por el calor y de repente, como la Paloma de Rafael Alberti, que Juan Manuel Serrat inmortalizó con su canto, se equivocaba: ‘Por ir al norte, fue al sur. Creyó que el trigo era agua. Creyó que el mar era el cielo; que la noche, la mañana. Se equivocaba’. Tiene una ventaja este problemático asunto, de regreso hay que tomar la carretera federal vieja por La Tinaja y vuelve uno a recordar los caminos que antes conducían por esos lugares, porque no había otros, y así llego por la mantequilla y los quesos en Capulines y también las empanadas de guayaba, que se hacen en Tlacotalpan con manos de veracruzanas. Eso es un gane.

 

Los niños de casa hogar

Para los diarios, hace tiempo que no comento de la casa hogar de La Concordia, donde ahora hay 15 niños, bien cuidados, bien alimentados, estudiando todos y algunos con excelentes calificaciones y menciones honorificas. Son 1 en secundaria abierta, 4 en secundaria sistema escolarizado y 10 en primaria. El ayuntamiento de Juan Manuel Diez, se sacó un 11 y les amplió el parque para hacerlo más cómodo a las familias y a los niños, les puso una área para sus mascotas y otra para niños y adultos, bancas nuevas y todo remodelado. Ya ven ustedes cómo se hacen las cosas aquí en Orizaba. Pero estaba con los niños, en el Facebook algunos me preguntan si pueden adoptar un niño. No. Son niños que tienen padres o familia, cuyos padres son de escasos recursos y allí los llevan bajo el amparo de las fundaciones y gente que apoya para que tengan vivienda, alimento, calzado y ropa y escuela. Uno benefactor es un orizabeño (VPA), se le agradece y reconoce. Ellos ponen su parte, aparte de estudios y tarea arreglan sus cosas, cada uno tiene su cama independiente, en literas perfectas y cuando hay que hacer las cosas la hacen. Y cuando los amigos aportan, pues normalmente comen sus pizzas o tacos o lo que se les antoje. Niños bien educados y contentos. Ahora son 15 y allí están, bendecidos y cuidados por Dios. Qué los ve a diario y a todas horas.


© 2024 Grupo Transmedia La Chispa. Todos los derechos reservados

Subir